Internacional

Las tres i de Evo Morales

Más que un avance es un traspié en la lógica del actual mandatario boliviano

Por: Por Libardo Buitrago | Publicado: Lunes 4 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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La persistente ofensiva lanzada tiempo atrás por el presidente de Bolivia, Evo Morales, siguió en el marco de la pasada Cumbre de la Celac.

La reunión era muy oportuna para abordar la forma en que se profundizan las relaciones y se traduce en realidad la verdadera integración. Evo esquivó lo sustantivo de la cita y, valiéndose de la concurrencia de los jefes de Estado y de gobierno, persistió en su planteamiento de las tres i contra Chile -que el Tratado de Paz y Amistad de 1904 es injusto, impuesto e incumplido- y a modo de dorar la píldora se mostró abierto a una extraña fórmula -ya desechada en el pasado por el ex presidente Carlos Mesa- de cambiar en forma de trueque territorio por gas.

Sólo logró la mirada compasiva de sus colegas, quienes no entendieron su alegato, el que tuvo una dura respuesta del presidente por parte del presidente Sebastian Piñera: el Tratado de 1904 no se modifica, Chile no se parte en dos -para complacer la petición altiplánica- y el aseguramiento de la soberanía nacional. Esto en términos del lenguaje diplomático es muy fuerte para Evo, porque no imaginó que la consideración se siguiera manteniendo de modo indefinido y que podía proseguir en este camino de convertir cuanta reunión hay en plataforma para reclamar una salida al mar.

Piñera optó por el camino más corto, directo a la cara de Evo, lo conminó a respetar el Tratado de 1904, con un desarrollo argumental sólido, lleno de fortalezas y apoyado en el uso legítimo del derecho internacional. Sin rodeos, le dijo: "Pero también quiero que usted sepa que este presidente va a defender la soberanía de nuestro país, porque no solamente es mi derecho, es mi obligación".

Con el diseño de su estrategia con la que piensa terminar demandando a Chile, Evo Morales pone distancia en las relaciones de las dos naciones. Enfría un ambiente que venía bien en la "Agenda de los 13 puntos" y se hace un daño a su imagen interna, donde la propia prensa boliviana le pide más profesionalismo y realismo al manejo de la política exterior con Chile. No es que se le cierren las puertas a buscar mecanismos contemplados en el Tratado de 1904 para mejorar las condiciones de Bolivia de acceso al mar, es que el rompimiento de la regla de oro que se había trazado el mismo Evo de no convertir ni agitar el nacionalismo con reclamos sobre la salida al mar, deja en suspenso las relaciones. Más que un avance es un traspié en la lógica del actual mandatario, que esperaba un grito multitudinario de "mar para Bolivia". Ahora todos los sectores políticos, sociales y económicos se lo están tomando con calma, por la incomprensible trama de verbalización y amenazas que emplea Morales contra Chile. Así las cosas, tampoco son tiempos de trueque.

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