Internacional
Medidas anunciadas no consiguen frenar los temores de inversionistas
La intervención del presidente de Estados Unidos no fue suficiente para frenar el impacto de la rebaja de su calificación.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 9 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
Por María Ignacia Alvear C.
Las medidas y declaraciones de las autoridades estadounidenses y europeas no tuvieron el efecto buscado en su intento por tranquilizar a los mercados. Ayer el presidente estadounidense Barack Obama se dirigió al país en un discurso televisado donde defendió la solvencia de Estados Unidos y criticó la labor de S&P.
“Estados Unidos no necesita una agencia calificadora que le diga que necesita una aproximación equilibrada para reducir el crédito”, acotó. Además, recalcó que “los mercados siguen percibiendo que el crédito de Estados Unidos es de primera categoría” y que, a pesar de lo que diga S&P, “Estados Unidos siempre será un país triple A. Tenemos los trabajadores más productivos, la tecnología más avanzada, los empresarios con más iniciativa”. Sin embargo, el mensaje optimista de Obama no fue suficiente, para tranquilizar a Wall Street, que sufrió su mayor caída desde 2008.
Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) inició la compra de bonos españoles e italianos para intentar controlar el impacto de la crisis sobre estos países tras los ataques especulativos de la semana pasada. La operación, que según estimaciones del Royal Bank of Scotland podría llegar a US$ 1,2 billón, tuvo un éxito parcial ya que tampoco detuvo el desplome de las bolsas, aunque sí provocó la mayor reducción del riesgo país de España desde la creación del euro, a 289 puntos desde los 400 puntos de la mañana. En el caso de la deuda italiana, se ubicó en 301 puntos.
Encrucijada de bancos centrales
Los bancos centrales ahora se encuentran en una encrucijada en sus esfuerzos por impulsar el crecimiento: enfrentar una inflación como la de los años ‘70 o una depresión como la de los años ‘30. Conocer la respuesta ayudaría a determinar lo que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y sus pares europeos y asiáticos elijan para sus políticas en los próximos meses.
Los ministros de Finanzas del G7 dijeron en un comunicado conjunto que estaban comprometidos a “tomar todas las medidas necesarias para apoyar la estabilidad financiera y el crecimiento”.
Sin embargo, la percepción general no es la misma. A diferencia de la crisis que comenzó en 2007, los bancos centrales han usado casi todas las armas disponibles. Y EEUU tiene sus tasas virtualmente en cero. La Fed puede apuntar al éxito de su último programa de compra de activos en dar un estímulo decente a la economía de EEUU, que se desvaneció una vez que se terminó el alivio cuantitativo. Pero el mensaje principal es que no hay capacidad más para crear un estímulo dramático con política monetaria.
“No creo que en este momento estemos viendo alguna acción que estimule el crecimiento (incluso considerando que el comunicado del G7 es útil). Probablemente agotamos muchas de las municiones en la pelea de la última crisis. Ésa es la preocupación”, comentó a Bloomberg el economista de Standard Chartered, Samiran Chakraborty.