Por Macarena Delpino
Angela Merkel, canciller y líder del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), se impuso en las elecciones de ayer en Alemania al alcanzar su bloque un 42% de los votos en los primeros recuentos parciales de los comicios.
Con este resultado, un registro que no se veía desde la unificación en 1990, Merkel se dispone a dar inicio a su tercer mandato frente a los alemanes. Observadores señalaron que se trata de un claro respaldo de los electores a su firme liderazgo durante la profunda crisis de la zona euro.
“Este es un súper resultado”, dije Merkel, citada por Reuters, ante los aplausos de sus seguidores. “Haremos todo lo posible en los próximos cuatro años juntos para convertirlos en los años más exitosos de Alemania”, agregó.
Sin embargo, en esta oportunidad no se podrá repetir la coalición lograda en 2009 con sus aliados del Partido Liberal (FDP), ya que obtuvieron alrededor de 4,5% de las votaciones, por debajo del umbral mínimo para estar representado en el Bundestag.
Ya desde las primeras estimaciones al cierre de las mesas electorales, Merkel no lograba el 46% necesario para una mayoría absoluta.
El secretario general del FDP, Christian Lindner, aseguró poco después de que se dieran a conocer estas cifras que es el peor momento que ha atravesado a lo largo de su historia su partido.
El hundimiento del FDP se explicaría en parte por el ascenso de los euroescépticos del partido Alternativa por Alemania (AfD), que están al borde del mínimo de 5% necesario para obtener escaños, con un 4,8%. Es un nuevo partido integrado por intelectuales y que aspira a representar el rechazo de millones de ciudadanos hacia los rescates de otros países europeos con cargo al erario público alemán.
En tanto, el Partido Socialdemócrata (SPD) obtuvo un 26,5 % de los votos, mientras que Los Verdes lograron un 8%. La tercera formación del bloque opositor, La Izquierda, obtuvo un 8,5% de las preferencias de los alemanes.
Desafíos pendientes
La canciller, que asumió su primer mandato en 2005, enfrentará las expectativas de sus vecinos sobre la propuesta de un plan que mejore la arquitectura fiscal europea.
La importancia de este posible anuncio deriva en que puede que Merkel sea la única persona que le devuelva el sentido de unidad a la Unión Europea (UE), así como también la necesidad que tienen los mercados financieros, los inversionistas y el resto de Europa de saber que la economía más estable de la zona está comprometida a resguardar una futura recuperación, según analistas.
Los 17 países que lo conforman deben reconocer que tienen que tomar una relevante decisión: o bien asumen de forma conjunta el riesgo y la responsabilidad de sostener el euro, o vivir con una moneda permanentemente expuesta al riesgo de ruptura.
Merkel debe tratar primero con la parte de responsabilidad, con lo que se siente más cómoda.
En tanto, Grecia, España, Italia y los otros países que luchan con la carga de extensas deudas y déficits comerciales deben seguir adelante con las reformas necesarias para que sus países vuelvan a ser competitivos.
Qué tan rápido avancen en esta línea dependerá del momento en que decidan enfrentar unidos el riesgo.
Para mantener las fluctuaciones de la confianza, las expectativas y las posibles transferencias en total control, Europa necesita establecer un marco claro para futuros rescates, especificando cómo se espera que los inversionistas compartan el costo con los contribuyentes.
Otro factor que Merkel debe esclarecer, señalan especialistas, es la constitución de una unión bancaria que funcione y que incluya un supervisor exclusivo, un mecanismo de solución único y la capacidad fiscal para hacer inyecciones de capital.
Manejo de la deuda
El siguiente paso en la jefatura de la canciller alemana debería ser, de acuerdo con observadores, la reducción de la deuda de los países europeos.
Al menos cuatro gobiernos de la zona euro, con una deuda combinada de casi 3.000 millones de euros, no tienen esperanza de reducir su deuda a menos del 60% de su Producto Interno Bruto (PIB), cifra que la UE ha definido como prudente.
Estas economías no lograrán recuperarse hasta que la carga de su deuda se alivie, y en ese sentido Merkel debe dejar claro que sí se puede lograr si los países actúan como se les ha solicitado.