Por Marco Fajardo
La eurozona debe tomar decisiones de largo plazo sobre lo que quiere para su futuro. Eso piensa Carsten Brzeski, economista senior de ING. En una entrevista con DF, apuntó a los problemas estructurales de la unión monetaria, específicamente la falta de competitividad, cree que una salida de Grecia del euro perjudicaría a todos – aunque estima que la posibilidad de que suceda es levemente inferior al 50% - y que en ese caso sería inevitable una corrida bancaria en países como Portugal y España. "Es un momento de riesgos enormes, pero también de posibilidades para seguir impulsando la integración", sintetizó.
- ¿Qué pasará en los próximos meses con la crisis?
- Honestamente nadie sabe qué sucederá. Lo que puede decirse es que en la cumbre de la UE en julio se tomarán algunas decisiones sobre el crecimiento. Habrá acuerdo para poner a disposición un poco más de dinero europeo, para el Banco Europeo de Inversiones y los fondos estructurales, para estimular un poco a los países periféricos. Pero hay que decir que eso no ayudará.
- ¿Por qué?
- Es demasiado poco para que esas economías retomen la senda del crecimiento. Creo que no hay una solución a corto plazo para el crecimiento. ¿Por qué? Porque los problemas son de naturaleza estructural, en España, en Grecia, en Portugal, también en Irlanda. Esas economías no son competitivas y sus problemas sólo se solucionarán con un esfuerzo de varios años. Hay que ver cómo formar nuevamente a la fuerza laboral, refundar la industria, identificar sectores que puedan exportar. En el fondo hay que reinventar las economías del sur de Europa, y eso toma tiempo.
- ¿Cuál es el problema existencial de la eurozona?
- Aún estamos un poco desorientados porque aún no tenemos un objetivo de mediano plazo. La eurozona necesita una meta de largo plazo. ¿Cómo se quiere que sea la eurozona en tres a cinco años? ¿Con más integración, más federalismo? ¿O tal vez se acepte una reducción de la eurozona? Eso lo debe decidir el poder político. Si queremos que en cinco años haya una mayor integración, será más fácil vender las decisiones que haya que tomar ahora a los ciudadanos, pero temo que eso tomará tiempo. En última instancia depende del poder político. Pero si es difícil predecir la economía, es aún más difícil con la política.
- ¿Qué pasará con Grecia?
- Es muy difícil decirlo. Nuestro postura oficial como ING es que se intentará todo lo posible para evitar la salida de Grecia del euro. ¿Por qué? Porque las consecuencias serían catastróficas para todos. ¿Que significaría ese escenario? Para Grecia, el caos absoluto al principio, con disturbios en las calles. ¿Le ayudaría económicamente? Algunos dicen que a Argentina, por ejemplo, la devaluación le ayudó. La diferencia es que Argentina era un país exportador y tenía materias primas. Grecia no tiene nada de eso. No tiene un sector exportador. Si hubiera una nueva moneda en Grecia, que fuera más barata, daría exactamente lo mismo para sus productos, porque no los tiene. No habría un impulso al crecimiento. Una moneda más débil también implicaría más inflación. Grecia es un importador de energía y alimentos. Habría alto desempleo, alta inflación y un escenario político disperso. Por eso para Grecia no es una idea atractiva.
- ¿Qué pasaría con el resto de la eurozona en este escenario?
- El impacto económico directo es relativamente pequeño, pero existe el así llamado peligro de contagio. Apenas Grecia salga del euro, en países como Portugal y España la gente correría a los bancos a sacar dinero para ponerlo en efectivo debajo del colchón porque temen que su país sea el siguiente. Habría una corrida bancaria. Seguirían subiendo la tasas en los mercados financieros en esos países, los gobiernos ya no serían capaces de financiarse y tendría que haber grandes paquetes de ayuda como ya hubo para Portugal, Grecia e Irlanda, esta vez para España, probablemente de nuevo Portugal y eventualmente también para Italia. Sería un periodo de grandes turbulencias e intranquilidad. Eso afectaría la confianza y la recesión que hay en varios países continuaría. Para el resto de los países europeos las consecuencias tampoco serán atractivas. Es decir, nadie profitaría realmente de una salida de Grecia del euro. Creemos que la posibilidad de una salida de Grecia del euro es grande, pero aún está levemente por debajo del 50% porque al final todos se esforzarán, también tras las elecciones griegas, para intentar alcanzar una solución.
- ¿Cree que puede haber un corralito en Grecia o España?
- En el peor de los escenarios, sí. Si Grecia saliera del euro, probablemente el corralito sería inmediato, para impedir el retiro del dinero y que desaparezca. Eso ya lo vimos en otras uniones monetarias en disolución, como Checoslovaquia, Rusia o Argentina. Una opción para evitar que pase algo similar en otros países de la eurozona como España sería un fondo de garantía europeo, aunque para ello habría que poner dinero sobre la mesa.
- ¿Cree que Europa podría sufrir una década perdida, como le ocurrió a Japón?
- Depende de lo que haga. Europa puede aprovechar esta década para el progreso y la integración. Sin duda estamos en una década de desendeudamiento, de un crecimiento estructuralmente bajo debido a la consolidación presupuestaria y las medidas estructurales, pero también porque Europa enfrenta el cambio demográfico, el envejecimiento. Yo diría que serán dos años decisivos, 2012 y tal vez 2013. Creo que estamos en una encrucijada para saber adónde vamos.
hollande y eurobonos
- ¿Cómo impacta la elección de Hollande en el eje franco-alemán?
- Actualmente pone la relación bajo presión. Con (el presidente galo Nicolas) Sarkozy y (la canciller alemana Angela) Merkel también demoró un tiempo, no siempre fueron los mejores amigos, pero al final hicieron un esfuerzo y vieron que cuando ambos países trabajan juntos en Europa pueden tomarse decisiones importantes en Europa.
- ¿Y los eurobonos?
- Hoy por hoy se dice que los eurobonos son la panacea para el crecimiento, pero creo que es irracional pensar que son la única solución para la eurocrisis. Esta sólo puede solucionarse a largo plazo y únicamente con medidas diversas, una de las cuales pueden ser los eurobonos. Pero pensar que son "la" solución y que generarán crecimiento es una tontería.