El deseo de Jang Song-Thaek de querer controlar el lucrativo negocio de exportación de carbón de Corea del Norte habría sido la razón detrás de la decisión de su sobrino, el líder Kim Jong-un, de expulsarlo del partido y posteriormente ejecutarlo, según el jefe de espías de Corea del Sur.
Nam Jae-Joon, jefe del Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano, afirmó en una audiencia frente al comité de inteligencia del parlamento que los intentos de Jang por asegurar el control de los negocios estatales de los recursos naturales jugaron un gran rol en su caída.
“Jang intervino demasiado en los lucrativos negocios estatales relacionados con el carbón, lo que provocó crecientes quejas por parte de entidades estatales (relacionadas)”, citó a Nam el legislador Jung Chung-Rae luego de la reunión a puertas cerradas.
Durante años el ex número dos del régimen norcoreano administró las exportaciones de minerales, que en gran parte iban a China. De acuerdo a cifras de la Agencia de Promoción de Comercio e Inversión de Corea del Sur, el 88% del comercio extranjero de su vecino del norte involucraba a la segunda economía del mundo.
Las exportaciones a China –principalmente carbón y hierro– llegaron a US$ 2.400 millones el año pasado.
Nam también declaró que el joven líder “parece no tener problemas” en su control del poder, pero podría montar provocaciones armadas contra el país del sur en algún momento entre enero y marzo para alentar la unidad doméstica.
Prisioneros políticos
Luego de la ejecución de Jang el 12 de diciembre, cientos de sus familiares fueron enviados a campos de prisión política.
“Cerca de las 10 pm del 13 [de diciembre], el día después de que fuera ejecutado Jang, hombres armados del Ministerio de Seguridad Estatal llegaron al área de Pyongchon en Pyongyang, donde un montón de sus familiares vivían”, comentó al periódico Daily NK una fuente de la capital norcoreana.
“Ellos se llevaron a cientos de personas”, agregó la fuente al diario, que es dirigido por desertores del régimen.