"El crédito es como la sangre, si no fluye, el cuerpo se necrosa".
Con estas palabras, el presidente de BBVA, Francisco González, pronosticó hoy que en los próximos meses se producirá una
reorganización "drástica" del mapa bancario internacional que pasará por
fusiones y operaciones corporativas.
Durante su intervención ante la Junta Ordinaria de Accionistas
celebrada hoy en Bilbao, González dijo que "nos encontramos ante una
crisis larga y dura que va a impulsar una profunda transformación de la
industria financiera".
Por ello, el presidente de la entidad dijo que se producirá
una "reordenación drástica del mapa bancario internacional y de la
supervisión y regulación".
La crisis supuso un auténtico "tsunami" para la industria
financiera global, que sufrió enormes pérdidas, que han hecho que 21
de los 27 mayores grupos bancarios de Europa y Estados Unidos hayan
recibido en 2007 "más de US$ 563.000 millones" entre
ampliaciones de capital e inyecciones de capital público, recordó.
Según González, el impacto de la crisis económica es mayor en España
que en otros países porque cuenta con un modelo "muy escorado" hacia la
construcción.
"España ya superó en el pasado problemas muy difíciles y, si no
trabajamos todos juntos, esta crisis será mucho más larga y mucho más
dura", precisó González, tras señalar que si todos "aunamos nuestros
esfuerzos, esta crisis será un paréntesis transitorio en la senda de
crecimiento sostenido".
En su opinión, 2008 ha sido el más duro para el sector de la banca en
los últimos 80 años. "Hemos sufrido pero menos que nuestros
competidores y esto refleja la solidez del Grupo", incidió.
Crédito
Respecto al comportamiento del crédito, el presidente de BBVA se
mostró contundente frente a las acusaciones de que las entidades han
cerrado el grifo del crédito. "Hemos seguido dando crédito con
normalidad, no hemos variado nuestra política".
Según González, "deberían diferenciar nuestro caso particular que es
totalmente distinto". Por ello, afirmó que es preciso que funcione el
"pull bancario" que las entidades se hagan con la liquidez suficiente
para financiar a sus clientes. "Si los demás no nos acompañan no
podemos ayudar a salvar la economía", matizó.