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Diagnóstico a las rentas vitalicias

Por: | Publicado: Viernes 11 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Las rentas vitalicias son una modalidad de pensión -implementada a partir de la reforma de 1980- favorita de los chilenos retirados: más de un 60% de los jubilados opta por esta alternativa. Probablemente, la razón sea su simpleza, pues el pensionado sabe exactamente la cantidad mensual (en UF) que recibirá mientras esté vivo; y la seguridad que brinda, pues el riesgo de longevidad y reinversión lo asume una compañía de su preferencia.

El mercado de las compañías de seguros de vida es altamente competitivo -32 aseguradoras-, todas con sólidos indicadores de solvencia: fortaleza financiera, excelentes clasificaciones de riesgo, patrimonios superiores a lo exigido y adecuados contratos de reaseguro. Esto ha permitido sortear con éxito catástrofes naturales y crisis financieras.

El tipo de compromisos que las compañías contraen (pasivos) son previsibles y de largo plazo. Esto ha convertido a las aseguradoras en un factor estabilizador del mercado de capitales. Este círculo virtuoso ha tenido dos beneficios adicionales: al invertir en bonos de infraestructura -autopistas, puentes, aeropuertos- se ha permitido este desarrollo sin endeudar al Estado chileno. A la fecha, estas inversiones exceden los US$ 4 mil millones y han contribuido a impulsar el mercado de la vivienda al estimular la oferta de créditos hipotecarios, disminuir las tasas de interés de largo plazo, y hacer posible el otorgamiento de préstamos a 30 años (en vez de 12 años que era lo habitual en los años 80).

Así, en Chile, en los últimos 50 años, el porcentaje de familias propietarias ha aumentado de cerca de un tercio a más de un 70%. Este sistema además, está diseñado para ser autosustentable financieramente: el Estado sólo debe hacerse cargo de las pensiones solidarias. De hecho, el gasto público por concepto de pensiones en Chile es de un 3,4% del PIB. Esto contrasta, por ejemplo, con la situación compleja que enfrentan Alemania, Francia, Grecia y Japón, donde los valores correspondientes son: 11,3%, 13,7%, 13,0% y 10,2% (según datos de la OCDE). Más todavía, la mayoría de los países o instituciones que han estructurado su sistema de previsión en torno a esquemas de reparto combinados con beneficios definidos -lo contrario del sistema de rentas vitalicias- están enfrentando problemas de solvencia.

A más de 30 años de su implementación, el diagnóstico sobre el sistema de rentas vitalicia chileno es muy positivo. Aunque siempre es posible perfeccionarlo, el sistema funciona.

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