DOLAR
$949,96
UF
$39.285,53
S&P 500
6.280,39
FTSE 100
8.975,66
SP IPSA
8.343,68
Bovespa
136.743,00
Dólar US
$949,96
Euro
$1.112,00
Real Bras.
$171,67
Peso Arg.
$0,76
Yuan
$132,42
Petr. Brent
68,87 US$/b
Petr. WTI
66,79 US$/b
Cobre
5,64 US$/lb
Oro
3.335,80 US$/oz
UF Hoy
$39.285,53
UTM
$68.923,00
¿Eres cliente nuevo?
REGÍSTRATE AQUÍPor: Equipo DF
Publicado: Viernes 5 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
Conocido, recordado y querido (tres atributos que no suelen caminar juntos), Jaime Celedón acaba de pagar su peaje a la vida eterna. Le agradecemos su talento, bonhomía y buen humor. Y el haber ideado y conducido, como experto y relajado catalizador, algo que a comienzos de los 70’ parecía imposible: que enconados adversarios políticos conversaran civilizadamente. Atributo y mérito, también, de un canal católico.
Lo único cuestionable de este programa, imperdible todos los domingos por la noche, era su título: “A esta hora se improvisa”. Primero, porque sus panelistas no improvisaban, se preparaban. Como debe hacerlo todo orador responsable, sea que hable en público o en privado. Y segundo, porque contribuyó a hacer célebre y grato el verbo “improvisar”. Consulte usted un diccionario etimológico, español o inglés, y verá que le remite a las voces “imprudencia” e “impudicia”. Improvisar es hacer las cosas de repente y a la rápida, sin previo estudio o examen. Que es lo exactamente contrario a lo que manda la prudencia: informarse, razonar, consultar, prever, precaver, ponderar todas y cada una de las circunstancias. Cuando la improvisación se hace habitual, degenera en impudicia, descaro, desvergüenza. Y puede, y suele revestir, más allá de su deshonestidad moral, también peligrosidad y responsabilidad delictual.
Un predicador no debe confiarse en su capacidad de improvisar, en el momento, un par de “ideítas” para salir del paso. Sería un descaro, una afrenta a Cristo y a la comunidad de los fieles que esperan ser confortados en la Verdad. Tampoco un profesor digno del nombre de maestro se asilará en la cómoda repetición de los esquemas, conceptos, ejemplos y métodos que ha venido acuñando por décadas: sería no respetarse a sí mismo. Un informe, una asesoría, un diagnóstico, una cirugía, un alegato, un veredicto judicial no se improvisan. No se puede jugar impúdicamente con el patrimonio, la libertad, la salud o la vida de quienes se confiaron al que aparece y funge como experto.
Hoy la ciudadanía sufre bajo un vendaval y festival de improvisaciones. Protagonizadas por quienes juraron servir a su pueblo y Nación, poniendo las bases y seguros de un bienestar y progreso común. “Visión de Estado” implica pre-visión, pre-caución, horizonte de largo plazo. Hoy los estadistas prefieren “leyes cortas”. Son -frecuentemente-, fruto de la improvisación, la imprudencia y la impudicia. Es que fueron elegidos por votantes que no se dieron el trabajo de prever, de estudiar, de examinar. Ni siquiera de ir a votar. Elegidos y electores parecen haber confundido, por desconocimiento del inglés, la abismal diferencia entre “to improve” (mejorar) y “to improvise” (improvisar). Por esta confusión, “A esta hora se improvisa” continúa exhibiéndose, por canales y con atributos nada de católicos: sin talento, sin amistad, sin humor, sin rumbo, sin horizonte. Sin Celedón.
Corte Suprema respaldó el actuar de la alcaldía, pero el privado busca una millonaria indemnización, lo que ya fue rechazado por la justicia en primera instancia.
La startup chilena, que nació como spin off de Acid Labs, busca consolidarse como proveedor de software operativo para malls en México, donde tiene 100 clientes.