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REGÍSTRATE AQUÍPor: Equipo DF
Publicado: Lunes 6 de diciembre de 2010 a las 15:40 hrs.
Los despidos registrados en el sector público durante este año, fueron un factor determinante en el fracaso de las negociaciones entre el gobierno y los trabajadores. Y es que más allá del reajuste salarial de 4,2% ofrecido por el Ejecutivo, un grupo de dirigentes, liderados por la ANEF, se negó a llegar a un acuerdo sin que se resolviera antes el tema de las desvinculaciones.
Lo que más preocupa a los gremios es la facilidad con que se puede terminar la relación laboral de una persona que está a contrata, ya que la continuidad es factible de ser revisada año tras año. La inquietud de los dirigentes sobre este tema es de larga data y a pesar de continuos intentos durante los gobiernos de la Concertación, nunca lograron un consenso sobre el tamaño de las plantas.
Esto, provocó que la estructura laboral del aparato público fuera cambiando permanentemente, tratando de adecuar su diseño a los avances de la modernidad. En este camino, los trabajadores de planta fueron perdiendo espacio, frente al masivo incremento de los contrata y honorarios, fórmulas legales que permitían a los gobiernos implementar sus políticas.
Según datos de informes de la Dirección de Presupuestos (Dipres), mientras la planta disminuyó 6,1% entre 1995 y 2009, la contrata aumentó 218,8%, en el mismo período. De hecho, esta última pasó a liderar los puestos en el Estado en 2007, año en que superó el histórico protagonismo de la planta. De ahí en adelante, creció a tasas en torno a los dos dígitos, lo que llevó a que superara los 100 mil cupos en 2009.
La aparición de los honorarios
Otros de los formatos a los que han tenido que recurrir los gobiernos, es a los honorarios. Si bien antes no existían datos al respecto, un acuerdo entre el Congreso y el gobierno de Michelle Bachelet transparentó los números.
En este aspecto, las cifras hablan por si solas. En 2006, el número de trabajadores a honorarios sumaba 29.840, dando un salto hasta los 53.042 el año pasado, con un 77,8% de incremento, más del doble del aumento de la contrata (33,3%), en el mismo período. Mientras tanto, la planta cayó 3,5%.
De los honorarios, cerca del 80% son temporales, o sea, se contratan con una finalidad específica y acotada en el tiempo, por ejemplo, para campañas de vacunación masiva. Por eso, es que la mayor cantidad de estos contratos se encuentran en el Ministerio de Salud.
El resto se reparte en distintos tipos tanto en duración como en jornada. Entre ellos hay más de 5.500 que tienen una permanencia superior a un año y son a tiempo completo. Sobre los 1.600 cumplen el mismo horario, pero llevan más de tres años.
Una explicación para esto es que muchos ganan remuneraciones mayores a la que está contenida en la escala única de sueldos y son asesores que, por su confianza política o alta capacidad técnica, las contratas no dan espacio remuneracional para tenerlos bajo ese diseño.
La nueva estructura
Junto al ritmo de crecimiento del Estado, durante los últimos años se ha ido consolidando una nueva estructura de sus recursos humanos en desmedro de la planta.
Hace cuatro años, ésta última representaba casi el 45% (considerando contrata y honorarios). Este escenario cambió drásticamente el año pasado, pues su peso llegó a 35,1%, bajando casi 10 puntos en ese período. Cabe recordar que en los últimos 10 años se implementó un plan de retiro que buscó darle tiraje a los distintos estamentos.
Aunque la contrata es la responsable de la mayor parte de este retroceso, el crecimiento de los honorarios también explica su disminución. En ese lapso, aumentó su presencia en más de 6,5 puntos porcentuales, llegando a cerca del 22%.
Esto no se pudo evitar con un acuerdo que se suscribió en 2005, el cual consideraba un plan de absorción de los honorarios para pasarlos a la contrata. Los traspasos se hicieron, pero los servicios volvían a llenar los cupos a honorarios, por lo cual nunca se observó una baja.
Todo este proceso también dio cuenta de cambios en cuanto a la preparación de los trabajadores públicos. Los profesionales aumentaron en un 76%, pasando de 42.312 en el 2000 a 74.536 el año pasado. Los que también crecieron son los directivos profesionales.
Con un 28,2%, sumaron 1.575, superando los 7 mil funcionarios.