"Chile tiene una economía fuerte, pero el consumo del lujo sigue siendo pequeño"

Paula Namur Yunis



El año pasado el número de millonarios en Brasil creció 11,9% a 147 mil personas, ubicándose como el país de la región con más ricos y undécimo a nivel mundial, según un reporte elaborado por Capgemini y Merrill Lynch Global Wealth Management. Con esto, no es extraño que el mercado del lujo en Brasil también se esté desarrollando más rápido que en el resto de la región.

"El consumo del lujo en Latinoamérica está compartido entre Brasil y México. Pero Brasil cada vez toma más el liderazgo y ha crecido mucho principalmente en los últimos dos años, porque el impacto de la crisis fue mucho menor en Brasil que en otros países", destacó el ex presidente de Louis Vuitton Brasil, Carlos Ferreirinha, quien hoy es consultor de marcas de lujo como Bentley Motors y Stella McCartney. Ferreirinha estará hoy en Chile para participar en un seminario sobre el negocio del lujo organizado por la embajada de Brasil en Chile.

Las ventas de bienes de lujo representan US$ 6.700 millones anuales en Brasil y para Ferreirinha, quien a través de su consultora MCF asesora a marcas de lujo que busquen ingresar al mercado brasileño, éste crecerá 11,5% en 2010.

Junto con el sector de moda y accesorios, los automóviles de lujo, el sector inmobiliario y servicios relacionados con la belleza, como SPA y resorts, están gozando de un crecimiento sobre el promedio, explicó.

- ¿A qué se debe este auge en el mercado del lujo brasileño?

- Hay un crecimiento económico importante en Brasil, junto con un proceso de inclusión social. Además, hay un crecimiento de otras ciudades en Brasil, no sólo en una ciudad como Sao Paulo, que ha sido la fuerza del consumo en las últimas décadas.

- ¿Cuál es la diferencia del mercado del lujo en Brasil y Chile?

- Principalmente dos aspectos: el tamaño del mercado y el comportamiento de los consumidores. Brasil es un país muy grande, mientras Chile tiene una economía fuerte pero el crecimiento del consumo del lujo en el país sigue siendo pequeño. Además, hay que considerar que los brasileños tienen una actitud muy diferente a la del resto de Latinoamérica: tenemos un consumo más impulsivo. Los brasileños son locos por las compras. Compran mucho, tienen muchas deudas con las tarjetas de crédito, hacen uso de todas las tarjetas de crédito y distintos tipos de financiamiento en los bancos. Para el mercado del lujo, que es un consumo totalmente emocional, esto es muy importante: tener un comportamiento de consumo basado en los deseos, con eso los brasileños se diferencian en una manera muy fuerte de toda Latinoamérica.

- ¿Cuáles son las principales tendencias de consumo del lujo en Brasil?

- A los brasileños les encanta tener los mismos productos en el mismo momento en que están en las vitrinas en Europa o en Nueva York. En Brasil no se trabajan las estaciones de manera diferenciada. Este impulso ha transformado un comportamiento que es muy ansioso.

- ¿Qué deben entender las empresas de lujo que tengan interés en ingresar al mercado brasileño?

- Los países latinoamericanos tienen una historia de crisis económicas, de deudas, una serie de temas que son importantes para la evaluación de cómo hacer negocios en nuestros países. Nosotros siempre tuvimos crisis en nuestra vida. Cuando comparamos Brasil con el resto de Latinoamérica, Brasil es el país más caro de la región, la cantidad de tasas e impuestos es una locura, entonces es un país que aunque hay posibilidad de mercado muy grande, tiene costos muy altos. Las empresas tienen que estar muy preparadas y dispuestas a comprender estas tasas y burocracia.

- ¿Qué oportunidades de crecimiento ve usted para el mercado del lujo en Chile?

- Chile tiene una cultura de crecimiento económico y social muy establecida en los últimos años y hay que aprovechar eso para desarrollar un mercado de lujo en servicios y turismo. Todo lo que tenga que ver de manera directa o indirecta con gastronomía, hotelería, turismo, tiene grandes posibilidades de crecimiento. Chile tiene todo, playa, lagos, nieve, y cada vez más consumidores del mundo está mirando hacia los países sudamericanos para sus vacaciones de verano e invierno. Y Chile puede aprovechar esto y, por supuesto, también la cultura de los vinos, porque después de Francia ha sido el único país del mundo que ha hecho un trabajo impresionante. Chile puede tener protagonismo en el turismo del vino.