DF Lab Opinión/ Desde Chile si se puede
"Por fin nos estamos creyendo el cuento de que no es necesario estar en Silicon Valley para construir empresas de relevancia y potencial mundial".
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Talento, capital, innovación y ambición son cuatro puntos clave dentro de un ecosistema. Características por las cuales de manera colaborativa se ha trabajado durante los últimos años y de a poco comienza a rendir frutos, señal de ello son las ultimas noticias referentes a casos de éxito nacional. Por fin nos estamos creyendo el cuento de que no es necesario estar en Silicon Valley para construir empresas de relevancia y potencial mundial.
El efecto multiplicador de estas noticias es movilizador, no solo por el posicionamiento que significa para el país, sino porque son una oportunidad para otros emprendedores, y debemos aprovecharlo. La última ronda que puso a Betterfly en la palestra y gracias a la que pudieron recaudar US$ 60 millones vino desde fondos que antes no habían invertido en Chile.
A finales del 2020 el Ministerio de Economía expuso que la inversión extranjera en el país cerró con un 14,7% más de proyectos que 2019, no sería extraño ver a fin de 2021 una oleada de fondos internacionales pensando entrar en terreno nacional, como respuesta al momento histórico que vivimos.
Sumado a esto vemos que en el mundo hay más capital circulando que nunca– algo que puede ser difícil de creer al ver la crisis económica que deja la pandemia – pero la verdad es que hay más apetito de riesgo y un mercado global abriéndose a países emergentes en Latinoamérica que hoy significan una opción escalable en áreas como Fintech, E-Commerce, Edtech, entre otras.
Los fondos internacionales buscan la combinación de: equipo fundador diverso y con habilidades complementarias, un mercado por sobre los US$ 1 mil millones de tamaño, un producto / servicio escalable y una propuesta de valor tangible que permita construir un modelo de negocio rentable en el mediano plazo, casos que ya tenemos. Sin ir más lejos, México pasó de no tener ninguno en 2020, a tener tres en los últimos meses con 3 unicornios con Kavak, Clip y Bitso.
En el caso nacional vemos un ecosistema de inversión que ha tomado un rol activo durante el último año con VC y Family Offices relacionándose con el extranjero y sumando experiencia, algo que busca incentivar el programa Scale VC de Endeavor conectando e invitando a poner en común buenas prácticas entre fondos líderes de Chile, Family Offices y players internacionales, empujando así la inversión y colaboración en la industria nacional y en toda la región.
Vamos bien, pero aún falta. Como se ha expuesto en variadas ocasiones el ecosistema de Venture Capital de nuestro país es robusto en etapa temprana y permite financiar los primeros dos años de una compañía, pero para las siguientes rondas por sobre los 2MM USD, – aquellas que más pueden mover la aguja económica – aún no está resuelta.
La creación de un fondo de fondos es una opción a este desafío, y a la que tras años discutiendo llegó la hora de dar curso, permitiendo así recaudar montos elevados que hoy no están alcanzado los fondos de manera individual. Cada dólar invertido en el fondo no se queda ahí, se multiplica varias veces y de diversas maneras. Un fondo de fondos de 200 millones de dólares, por ejemplo, permitiría invertir en cientos de startups y scaleups, generando a la vez que miles puestos de trabajo en las empresas del mañana. Significa un impacto socio-económico avaluado en más de 2.000 millones de dólares.
Ser un país de emprendedores es posible, creámoslo, pero tengamos en cuenta que el capital es la bencina de los emprendimientos. Privados, fondos de pensiones, sector corporativo y family offices, son algunos de los actores que queremos ver en acción. ¡Vamos Chile estamos construyendo algo histórico!