Difícil escenario para gobierno de Grecia
La coalición sobrevivió a su primera prueba desde la elección el 17 de junio. Ahora debe mostrar determinación para llevar a cabo recortes a los que se oponen muchos griegos.
Por: | Publicado: Martes 10 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Ayer temprano, el nuevo gobierno griego ganó un voto de confianza en el Parlamento. Eso era esperado, con la coalición de tres partidos disfrutando de una cómoda mayoría. Pero en realidad hubo un gran respiro de alivio, ya que los políticos apoyaron no sólo a la nueva administración, sino que también una continuación de las duras medidas de austeridad demandadas a cambio del rescate. El gobierno sobrevivió a su primera prueba desde la elección el 17 de junio. Ahora debe mostrar una determinación política poco común para llevar a cabo recortes a los que se oponen muchos griegos.
“Las cosas serán difíciles desde ahora en adelante”, dijo el primer ministro Antonis Samaras en su discurso final antes del voto. “Y lo que pedimos es unidad, de los distintos sectores”.
El partido de Samaras, el conservador Nueva Democracia, depende del apoyo de dos partidos de centro izquierda, Pasok y la Izquierda Democrática, para aprobar el paquete de austeridad acordado a cambio de los préstamos de rescate internacionales. Sin embargo, su unidad podría ser frágil, a medida que el resentimiento popular frente a los recortes daña su popularidad.
La mayoría de los griegos votó en la elección por partidos que se oponían al rescate, y el resentimiento se mantiene alto: una encuesta reciente del semanario Ependytis mostró que un 48% de los griegos quería eliminar los términos del rescate, frente a un idéntico 48% que apoyó los rescates, pese a los términos de austeridad onerosos que vienen aparejados.
Incluso Pasok y Nueva Democracia, los miembros más pro-rescate del nuevo gobierno, hicieron campaña sobre una plataforma de intentar renegociar los términos del rescate. Sin embargo, al revelar la agenda del gobierno el fin de semana, Samaras admitió que el país ya estaba retrasado en el programa, y que no podía pedir concesiones hasta que se pusiera al día.
Cuando los planes de gasto estén ordenados, la idea es intentar extender hasta 2016 (en lugar de 2014), la fecha tope para reducir el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB. Sin embargo, incluso la meta más laxa parece ambiciosa. La Economist Intelligence Unit espera que Grecia registre un déficit de casi 8% del PIB este año (frente a un objetivo revisado del gobierno de 6,7%) a medida que la economía se contrae en otro 7,1%. Incluso si el ambicioso programa del gobierno se materializa, los griegos podrían enfrentar más austeridad, ya que una economía en picada significa que habrá más metas incumplidas.
El primer ministro dice que el país ya se ha atrasado en 210 áreas de su paquete de austeridad, en parte porque las cosas se atascaron mientras el país realizaba dos elecciones sucesivas en mayo y junio. La nueva agenda enfatiza revivir el paralizado programa de privatizaciones para recaudar dinero para el presupuesto y, asegura el gobierno, para impulsar el crecimiento a través de inversiones corporativas frescas.
Hay planes ambiciosos para vender participaciones del Estado en empresas de gas natural, aguas y apuestas, además de aeropuertos y puertos regionales. Pero sus posibilidades se ven escasas.
“Las cosas serán difíciles desde ahora en adelante”, dijo el primer ministro Antonis Samaras en su discurso final antes del voto. “Y lo que pedimos es unidad, de los distintos sectores”.
El partido de Samaras, el conservador Nueva Democracia, depende del apoyo de dos partidos de centro izquierda, Pasok y la Izquierda Democrática, para aprobar el paquete de austeridad acordado a cambio de los préstamos de rescate internacionales. Sin embargo, su unidad podría ser frágil, a medida que el resentimiento popular frente a los recortes daña su popularidad.
La mayoría de los griegos votó en la elección por partidos que se oponían al rescate, y el resentimiento se mantiene alto: una encuesta reciente del semanario Ependytis mostró que un 48% de los griegos quería eliminar los términos del rescate, frente a un idéntico 48% que apoyó los rescates, pese a los términos de austeridad onerosos que vienen aparejados.
Incluso Pasok y Nueva Democracia, los miembros más pro-rescate del nuevo gobierno, hicieron campaña sobre una plataforma de intentar renegociar los términos del rescate. Sin embargo, al revelar la agenda del gobierno el fin de semana, Samaras admitió que el país ya estaba retrasado en el programa, y que no podía pedir concesiones hasta que se pusiera al día.
Cuando los planes de gasto estén ordenados, la idea es intentar extender hasta 2016 (en lugar de 2014), la fecha tope para reducir el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB. Sin embargo, incluso la meta más laxa parece ambiciosa. La Economist Intelligence Unit espera que Grecia registre un déficit de casi 8% del PIB este año (frente a un objetivo revisado del gobierno de 6,7%) a medida que la economía se contrae en otro 7,1%. Incluso si el ambicioso programa del gobierno se materializa, los griegos podrían enfrentar más austeridad, ya que una economía en picada significa que habrá más metas incumplidas.
El primer ministro dice que el país ya se ha atrasado en 210 áreas de su paquete de austeridad, en parte porque las cosas se atascaron mientras el país realizaba dos elecciones sucesivas en mayo y junio. La nueva agenda enfatiza revivir el paralizado programa de privatizaciones para recaudar dinero para el presupuesto y, asegura el gobierno, para impulsar el crecimiento a través de inversiones corporativas frescas.
Hay planes ambiciosos para vender participaciones del Estado en empresas de gas natural, aguas y apuestas, además de aeropuertos y puertos regionales. Pero sus posibilidades se ven escasas.