Actualidad

Dura advertencia de Aninat y Larroulet: Sin diálogo, Chile quedará entrampado en la mediocridad

Economistas lideran los “Diálogos para el Futuro”, instancia que busca debatir sobre el devenir del país, bajo una premisa: ¿cómo volver a crecer?

Por: Sebastián Valdenegro Toro | Publicado: Viernes 10 de junio de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

No muchas cosas podrían unir a Eduardo Aninat y Cristián Larroulet. El primero, histórico de la Democracia Cristiana, se desempeñó como ministro de Hacienda durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, mientras el segundo -cercano a la UDI- ejerció como titular de la secretaría general de la Presidencia durante la administración Piñera.

Pero hoy se da un contexto que une a estos profesionales: ambos estudiaron economía en la Universidad Católica, ambos ejercen la docencia en la Universidad del Desarrollo, y los dos están profundamente preocupados por el actual clima de crispación en el país, advirtiendo la falta de diálogo y consensos que impera en Chile.

Un diagnóstico compartido que los llevó a plantearse una pregunta: ¿cómo puede Chile volver a crecer en este clima tan agitado? Interrogante que dio vida a los denominados “Diálogos del futuro”, una convocatoria para conversar sobre el Chile de hoy y del mañana y en el que han participado alrededor de 40 académicos, líderes políticos y empresarios (como Mariana Aylwin, Guillermo Le Fort, Alfonso Swett y Fernando Alvear, entre otros). Se trata de un conversatorio que dio el puntapié inicial en enero y que se extenderá por todo 2016.

Hoy, de hecho, se realizará la segunda reunión, cuya temática será la economía digital y la infraestructura, cita en la que expondrán el ex ministro de Obras Públicas, Carlos Cruz, y el presidente de Fundación Chile País Digital, Pelayo Covarrubias. La idea es que en la primera parte del próximo año se consensúe un documento con las conclusiones del ciclo que sirva de insumo para la opinión pública, “o para las campañas presidenciales que lo requieran”, señalan ambos.

“Con Eduardo nos peleamos mucho, pero tenemos un diagnóstico común sobre lo que tiene que hacer Chile para salir adelante, aunque con diferencias, obviamente”, dice Larroulet. “No peleamos tanto tampoco...”, retruca entre risas Aninat.

- ¿Por qué nace esta instancia?

Eduardo Aninat (EA): Es un buen síntoma que la Universidad del Desarrollo haya pensado en esta convocatoria como lo hacían antiguos centros de estudios, como el de Edgardo Boeninger, Cieplan, o el CEP. Queremos volver a estos diálogos que le hicieron tan bien al país para conversar el mundo de las ideas, una mirada de largo plazo y que pueda ser convergente.

Esto no es ni un programa de gobierno ni una convocatoria eleccionaria de algún tipo, eso es bien valioso para volver a conversar y empezar a poner los ladrillos para construir algo a futuro, ya que el corto plazo se ve tan enredado y un poco polarizado.

Cristián Larroulet (CL)A: Esto es abrir espacios y volver a acostumbrarnos a tener espacios transversales política y técnicamente. Y dado el tema, que es crecimiento económico, también hacerlo desde la perspectiva del empresariado. Como se conversaba en la década de los 80, en los 90, cuando hubo muchos espacios y personas que fueron emblemáticas en esto, siendo el más destacado Edgardo Boeninger.

Entonces, quisimos hacer un aporte muy propio de la universidad, la academia, de generar durante este año un espacio de diálogo. Es oportuno, ya que aún no entramos en la vorágine de las elecciones.

- ¿Cómo se vuelve a crecer?

- EA: El país está metido en una cierta inercia. Hay mucho economista tecnocrático que todo el día discuten el IPoM, el Imacec, el cobre y el dólar, todo muy de corto plazo. Por otro lado, tenemos un gobierno que escucha y lee, pero parece no tener como prioridad el volver a crecer con fuerza, siendo que hay mucha gente convencida de que se puede. Por lo tanto, estamos en una suerte de trampa de inercia.

Infraestructura es un tema de largo plazo, no se pueden satisfacer necesidades de infraestructura del orden de US$ 70.000 millones en un año. Necesariamente tiene que haber largo plazo. Conectividad, innovación y emprendimiento también son importantes y hay que convencer a los actores de su importancia.

CL: Lo que ha faltado en el último tiempo es buscar espacios donde el tema del crecimiento vuelva a tener prioridad. Y ahí estoy más optimista, noto un cambio de actitud en el último tiempo. Pasamos bastante tiempo en que se pensaba que el crecimiento estaba dado, que era obvio. Eso lo miro como algo constructivo, es una condición necesaria pero no suficiente.

Chile tiene una capacidad importante en el mundo de los centros de estudios y de la academia. En ese punto, estamos haciendo un aporte significativo, pero lo que falta es priorizar. Eso se hace dialogando y consensuando las cosas. Nos gustaría que en la sociedad chilena se multiplicaran instancias como estas. En la sociedad se ha instalado un discurso polarizado, crispado, maximalista e infantilista. Instancias como esta son la manera.

- Llama la atención que lideren a esta instancia dos ex ministros de bloques opuestos. ¿Responde a que en la Nueva Mayoría y Chile Vamos no hay espacio para diálogos de largo plazo?

- EA: Se puede discutir en esas instancias, pero hay que avanzar hacia una conciencia de que el crecimiento es importante. Coincido con Cristián en que a lo menos ya se ha instalado, pero hay que avanzar a partir de eso para recuperar un ambiente de diálogo que requiere confianza mínima, la que se ha perdido. Pero déjeme ser más audaz y si Cristián discrepa, que lo diga (risas): a pesar de que comparto que esta conciencia se está logrando ante las malas cifras, lo que pasa es que Chile está mal acostumbrado a que las elites intelectuales se movían cuando había una crisis. Y ahora hay una especie de crisis internacional aletargada, con crecimiento bajo para todos. Por lo tanto, nada es dramático y nada es boyante, estamos en una especie de mediocridad y esa trampa está instalada en Chile.

Hay una trampa de la mediocridad intelectual, como que los intelectuales de las políticas públicas se pusieron cómodos después de 25 años de crecimiento en Chile, como que dijeron “la pega está hecha”. Y la historia nos demuestra que nunca está hecha ni terminada.

CL: Ha habido una cierta autocomplacencia en el mundo de las ideas. Entonces, es natural que donde se tomen las decisiones y ejerza el liderazgo en estas cosas sea en la academia. Estamos en un mundo cada día más globalizado e integrado, y la mejor figura es una carrera de bicicletas. No sólo somos nosotros que estamos compitiendo en la carrera, cada día hay más competidores en esa carrera y que se prepararon mejor que nosotros. Estamos en presencia de una evolución tecnológica y global impensada.

Es natural que el mundo universitario sea un lugar adecuado para hacer ese análisis y plantear cómo nos va a afectar. En análisis fuerte de hoy será el impacto de la tecnología en el empleo y las ocupaciones.

- Ustedes ejercieron cargos públicos tras el retorno a la democracia , cuando estas instancias de diálogo eran más comunes. ¿Qué autocrítica hay por no lograr perpetuar la importancia de los consensos?

- EA: Lo que pasa es que cuando a uno le va bien, se acuesta, duerme más, se pone más gordito... A Chile le fue bien por 30 años, ahora vacila y le va peor y recién ahora comienza a despertar. Hubo una suerte de falta de autodisciplina. Todos se durmieron un poco...

CL: Ha habido conformismo y autocomplacencia. Esto ratifica la importancia de las ideas, como decía Keynes o Hayek. El drama es que -y en eso somos responsables todos- en eso no ha ocurrido.

No se ha dado un debate de ideas profundo, tenemos que volver a discutir las ideas, pero no desde la óptica del modelo, como se ha querido plantear.

 

¿Y el rol de los empresarios? "Escuchan poco", "no son rentistas"

 

-¿Cuánta incidencia tiene el desgaste del modelo en el repudio al diálogo y los consensos en el país?

- CL: No tiene nada que ver con el modelo en el sentido amplio. Este modelo con democracia, economía de mercado, apertura al mundo, Estado de Derecho, es el único modelo que ha permitido el progreso de la humanidad. No hay país socialista que ha permitido el progreso que ha logrado este modelo en el mundo. EA: Ahí me gustaría acotar desde mi ideología. Viví muchos años en Europa y en Alemania me preguntaron sobre el modelo chileno. Me dijeron: "Sí, Aninat, te entendemos, pero estás en el capitalismo 1.0, nosotros estamos en el capitalismo 5.0, muy evolucionado, con contrapesos, regulaciones inteligentes, buena educación".

CL: A eso me refiero, hay cosas del modelo 2.0 que son del siglo XXI. Mi preocupación es que hay personas que quieren volver al Chile de mediados del siglo XX. Hay dos libros muy famosos que se escribieron en la década de los 50: uno, de Jorge Ahumada, "Chile, en vez de la miseria"; y otro, de Aníbal Pinto, que escribió "Chile, un caso de desarrollo frustrado".

El país no lo hizo bien después de la crisis del 30, se perdió oportunidades habiéndolo hecho muy bien en el Siglo XIX, cuando éramos la gran excepción de Sudamérica. Hay un infantilismo en volver a los modelos fracasados del siglo XX. ¡No, al revés! EA: También hay un problema de identidad nacional.

En Chile todavía no encontramos bien nuestro destino, porque hemos progresado pero pasamos de ser los ingleses de Sudamérica a no ser nada. En el fondo, la identidad nacional está relacionada con un problema de desconfianza.

Si llegamos a recorrer cinco peldaños y nos quedan los cinco más cruciales para ser Holanda, Alemania o Bélgica, no lo recorremos porque vacilamos, no nos creemos el cuento. Al no creerse el cuento, partidos, jóvenes y empresarios, empezamos a retroceder lentamente.

- ¿Cuál debiese ser el rol del empresariado hacia adelante? Los casos de colusión y abusos del sector privado han aportado al clima de desconfianza también...

- EA: El empresariado debe innovar más. Si a un empresario le fue bien haciendo A, ahora en este estado del mundo globalizado tiene que pegarse un salto más fuerte. Los empresarios deben escuchar mucho más. ¿Qué cosa hacen mal? Se pasan regalando premios entre ellos. ¡Más bien deben darle la pasada a los jóvenes, a los emprendedores!

CL: No creo que los empresarios estén cómodos o sean rentistas. A diferencia de lo que muchos dicen, esta es una economía muy competitiva. Y no hay rentas cuando hay competencia.

Dos palabras: la primera es emprendimiento. El empresariado y las empresas tienen un rol para alentar emprendimiento en la sociedad. La segunda es social.

La sociedad ha cambiado y las empresas deben considerar que tienen un rol sobre su entorno, sobre las comunidades y, por lo tanto, con el país. La empresa moderna tiene que promover esos valores.

Lo más leído