El acuerdo sobre el liderazgo de la mesa y comisiones que la Democracia Cristiana logró sellar esta semana en la Cámara de Diputados, ha sido celebrado internamente como fruto de una de las negociaciones más complejas y con mejores resultados de los últimos años. Su éxito obedeció al temor a que se expresara en su máxima expresión su condición de partido bisagra, pues la bancada de diputados estuvo dispuesta -como lo hizo ver- a dialogar con la derecha si no se le “respetaba” y no obtenía lo que pedía para el período legislativo 2018-2021.
Así, pese a un pésimo resultado electoral que dejó la bancada reducida a 14 diputados, los negociadores del falangismo lograron obtener dos presidencias de la Cámara Baja y 18 presidencias de comisiones en los cuatro años de este período. Esto, a pesar de que en escena debutó un nuevo y poderoso actor: el Frente Amplio.
Consciente de su mala performance parlamentaria, pero también de que tenían que sacar partido de su situación, esta vez la DC dejó en claro desde el primer momento que negociaría con quien le ofreciera un mejor acuerdo, con el apellido de “administrativo” o “de gobernabilidad” para que no fuera asumido por la oposición como una actitud de entrega.
Para algunos de sus antiguos socios y compañeros en esta ruta en la oposición, sorprendió que incluso el diputado Gabriel Silber, ubicado en la disidencia DC, estuviera dispuesto a convenir con el mejor postor.
Sin embargo, Silber se siente satisfecho por cómo la DC ha comenzado este período en el Congreso -en el Senado también tendrá una presidencia de mesa- y, particularmente, en la Cámara.
Respecto del concepto bisagra, aclara que se trata de un término “como partido ambiguo”, en circunstancias -defiende- que “nosotros queremos hacer la diferencia que la DC también fijó su domicilio desde la oposición, pero haciendo ver a nuestros socios que había un desbalance claro en el entendimiento entre el centro y la derecha y el centro y la izquierda que fue tan importante para Chile en los últimos 30 años”.
El diputado tiene la convicción de que a partir de ahora “la DC se está posicionando en un rol de liderazgo, lo cual es bueno para nuestro partido, pero también le hace bien a Chile”.