Una conferencia desayuno en el salón O'Higgins del Palacio de La Moneda. Esa fue la metodología y el escenario elegido por la presidenta Michelle Bachelet para sostener un esperado encuentro con la prensa nacional. En la cita la jefa de Estado estuvo dispuesta a abordar todas las preguntas, sin pauta previa ni prohibición de temas. Así a las
08:15 horas llegó flanqueada por el vocero de gobierno, Álvaro Elizalde, y su jefa de prensa, Hayde Rojas. Sin mediar muchos saludos, y con algo de tensión inicial, rápidamente se dio paso a la tanda de preguntas, en donde la temática central estuvo marcada por la compleja situación que vive el país, y en particular La Moneda, por las investigaciones del Ministerio Público sobre boletas utilizadas iregularmente para campañas políticas.
En esa línea, la mandataria mostró su preocupación por lo que calificó clima conspirativo que está observando ante la sospecha generalizada de todo quien haya emitido alguna factura a alguna empresa: "Hoy día parece que cualquier persona profesional que haya dado una boleta, es sospechoso de algo, espero que ninguno de ustedes haya estado en alguna parte donde hayan dado boletas, porque terminaría siendo sospechoso y perdón que les hable con franqueza: estamos en un clima demasiado raro, todo es clima de conspiración, una cosa muy rara, ustedes hagan su pega (a los medios), pero estoy francamente sorprendida, porque hay demasiadas teorías que no se ajustan a la verdad", opinó.
Ante la insistencia de las preguntas, Bachelet recalcó que ella no tenía cómo saber de los trabajos de sus ministros o asesores: "No tengo cómo enterarme del registro y no tengo cómo yo andar averiguando quién trabajó o no en determinada empresa", explicó.
Tras ser consultada sobre si el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, estaba en condiciones de liderar el proceso que viene tras la entrega del informe Engel luego de la ola de críticas que versan sobre él, la Presidenta llamó a no prejuzgar, pero advirtió que "la que va a conducir la agenda de probidad soy yo".
El único tema que prefirió omitir fue sobre los dichos de su nuera, Natalia Campagnon, quien le pidió públicamente perdón por los efectos del negocio que realizó Caval.
La gobernante cruzó gran parte de sus respuestas, aludiendo a ese panorama de sospecha, a esa "sensación de que todo es una porquería, que en toda cosa hay un 'arreglín', que todo es un chanchullo".
Este jueves se espera brinde un simbólico discurso, cuando la comisión Engel haga entrega de sus conclusiones en una ceremonia en La Moneda.
Debate ciudadano para la reforma constitucional
"Como ustedes imaginarán en los últimos meses no hemos estado muy dedicados a este tema, sin embargo, creo que es una oportunidad de reinstaurar confianzas, el poder iniciar un proceso de participación más masivo, esa es mi sensación", así comenzó respondiendo la Presidenta ante la consulta en torno al nivel de avance en que va la tercera gran reforma estructural del programa de gobierno: la nueva Constitución. La mandataria explicó que dado el actual escenario, su inclinación respecto a la forma o método para validar la reforma, ésta tiene que apuntar al nivel de bases ciudadanas, "ojalá juntas de vecinos, ojalá el nivel más bajo posible", expresó. Siguiendo esa línea, confesó que aún "no le he puesto fecha, título a la canción, ni siquiera estoy pensando en un modelo predeterminado", enfatizando en que su diagnóstico apunta a que no sea una elite la que decida qué nueva Carta Fundamental regirá el país los próximos años. También, y dado los estudios que hablan sobre el poco conocimiento que tiene la gente respecto de qué es materia de una Constitución, señaló que habría que partir por educar e informar.
Seriedad y responsabilidad para enfrentar fallo de La Haya
Respecto a los alegatos que habrá en La Haya en mayo próximo, y tras el emplazamiento que hicieron los ex presidentes Frei y Piñera a Evo Morales a que aclare si respetará o no el fallo, la gobernante dijo: "Me parece obvio que un país que va a La Haya debiese respetar lo que La Haya defina". Además, enfatizó la tesis chilena sobre el respeto a los pactos firmados: "nosotros estamos convencidos que el Tratado de 1904 definió nuestras fronteras y vamos a defender nuestra postura donde corresponde, el próximo mes", aclaró.
Consultada sobre la arremetida mediática que ha impulsado Morales y que ha llevado a varias respuestas por parte del canciller Heraldo Muñoz, la jefa de Estado no quiso polemizar con su par boliviano y señaló que "no voy a calificar los dichos de uno u otro mandatario de la región, nosotros siempre vamos a trabajar con seriedad, respeto y con responsabilidad, pero siempre defendiendo los intereses de Chile".
Requisitos para el cambio de Gabinete
"Si en algún momento tomo la decisión de un cambio de gabinete, me voy asegurar que sean personas que estén completamente de acuerdo con el programa de gobierno, que estén por empujar las reformas estructurales que Chile necesita", así de clara fue su posición respecto al tan rumoreado cambio de gabinete, enfatizando que el requisito básico, en caso de un ajuste, es que los nuevos miembros estén 100 porciento comprometidos con el proceso de reformas. Pese a que aseguró que este criterio no "tiene que ver con la edad", sí se desprende de sus palabras que la llamada "vieja guardia" de la ex Concertación estaría fuera de este parámetro de selección. Sin embargo, también indicó que los posibles nuevos ministros deben "ser gente con experiencia", porque no se puede llegar a aprender a un gobierno, aunque agrega que esa experiencia "no tiene que ver con la edad". Sobre este tema es primera vez que la mandataria se explaya, pues antes sólo se limitaba a decir que no iba a actuar bajo "pauteo" de nadie. En este sentido, marcó un norte sobre el perfil básico que debiese tener un nuevo gabinete.
Las boletas de Martelli y el llamado de Cerro Castillo
Giorgio Martelli, el conocido recaudador de fondos de campaña, se ha transformado en el mayor dolor de cabeza para La Moneda, tras conocerse que el ministro Peñailillo y un grupo de asesores trabajó para una de sus empresas en 2012. La mandataria se encargó de aclarar que ella no hizo una pre campaña presidencial: "Yo tomé la decisión de volver a Chile en marzo del 2013 (...) antes de marzo no era candidata, no hice ninguna pre-campaña, he dicho que me costó mucho tomar la decisión de ser candidata (...) el que personas de cualquier tipo, conocidas o no conocidas hayan trabajado en cualquier empresa, elaborando productos, boleteando y además pagando sus impuestos, no es delito", sentenció. También, aclaró que efectivamente conoció a Martelli, pero que jamás conoció alguna de sus empresas. Relató que tuvo contacto con él en la Asociación de Municipalidades cuando ella se desempeñaba en el Ministerio de Salud. A su vez, reconoció que tuvo un rol "por todos conocidos" en su campaña del 2005, pero que después de eso sólo se lo encontró "en uno que otro evento social". Además, explicó que "por qué el gobierno va a aclarar trabajos que particulares hicieron cuando no éramos gobierno ni yo candidata", aunque sí reconoció que en Cerro Castillo, en marzo pasado, le pidió a sus ministros que dado que "el gobierno iba a estar bajo la lupa", debían informar en su momento si alguien estaba en alguna situación compleja.
En la búsqueda de un medio estatal
"Lamento que el gobierno anterior, pese a repetidas opiniones de mi parte de que no vendiera La Nación, lo haya hecho", esa fue la categórica respuesta sobre la pérdida del único medio escrito de carácter estatal que ocurrió tras la venta del diario La Nación. La mandataría comentó que "estamos viendo proyectos en ese tema", pero que no podía entrar en detalles. Así también, dijo que "Televisión Nacional debiese ser una verdadera televisión estatal", pues no debe estar "dependiendo de los comerciales", y agregando que el actual presidente del directorio del canal, Ricardo Solari, está revisando dicho modelo de negocios. En ese plano, anunció que sería bueno discutir este tema mediante un proyecto de ley.