Tras una convulsionada semana, finalmente Sebastián Dávalos decidió renunciar a su cargo. En medio de una gran expectación periodística, el ahora ex director sociocultural de la Presidencia, sin embargo, aseguró que no cometió ningín ilícito en la operación financiera con el Banco Chile que detonó el escándalo.
El hijo de la presidenta Michelle Bachelet leyó una declaración pública desde La Moneda y no aceptó ninguna pregunta de la prensa. Dávalos no fue escoltado por ningún ministro del gabinete y sólo fue acompañado de personal de la repartición que dirigía.
"Deseo poner énfasis en que no he cometido ilícito alguno, ni delito funcionario, como algunos medios han sugerido. Es menester señalar que en la posición que me encuentro es algo que nos incomoda, pues se me ha criticado abiertamente por trabajar en el Estado y se me ha criticado además por trabajar en el sector privado", dijo el ahora ex funcionario de gobierno.
Dávalos también criticó abiertamente a los medios de comunicación que, según él, jamás se comunicaron con él para aclarar el tema que puso a La Moneda en el ojo del huracán.
"Deseo dejar en claro que ningún medio se ha puesto en contacto conmigo o con cualquier otro miembro de mi familia. En este sentido rechazo categóricamente la publicación de información falsa y relativa a supuestos comentarios realizados por mi u otro miembro de mi familia, las cuales perjudican la honra de ésta", afirmó.
Con todo, Dávalos reconoció el malestar que ha generado esta situación y también el perjuicio que ha ocasionado el escándalo "a la presidenta de la República y al Gobierno de Chile. Es debido a lo anterior que no me queda más que pedir humildemente perdón por este amargo momento", dijo.
El escándalo del denominado caso Dávalos, caso Caval e incluso "Nueragate" estalló la semana pasada tras un artículo de revista Qué Pasa que informara que la empresa Caval, controlada por Dávalos y su esposa, Natalia Compagnon, obtuviera un crédito por $ 6.500 millones por parte del Banco de Chile para adquirir unos terrenos en Machalí, al día siguiente de la victoria de Bachelet.
La polémica aumentó luego que la propia entidad financiera revelara que el préstamo se concretó luego de una reunión entre el propio Dávalos y su esposa con el vicepresidente y controlador del banco, Andrónico Luksic, a lo que se sumó la publicación de la declaración patrimonial del hijo de la presidenta en la madrugada del miércoles, generando aún más suspicacias.
Aunque en un primer momento el gobierno intentó blindar a Dávalos, rápidamente empezaron a surgir críticas desde dentro del oficialismo debido a que el escándalo no solamente estaba opacando los logros del gobierno en materia legislativa, sino que además logró desviar la atención del caso Penta que tenía acorralada a la oposición, particularmente a la UDI.
Los sucesos, además, tuvieron repercusión en el extranjero. Distintos diarios de la región y artículos de agencias internacionales reproducidos en medios como The New York Times informaron sobre la controversia, algunos de los cuales vieron un daño a la imagen de la presidenta Bachelet.