Para el mundo empresarial, la reforma al Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) que el Gobierno dará a conocer en marzo, es necesaria y urgente, particularmente aquellos cambios que tienen por finalidad mejorar el uso del beneficio tributario franquicia Sence, hoy conocido como programa Impulsa Personas.
Dentro de los cambios que analiza implementar el Ministerio del Trabajo al servicio liderado por Juan Manuel Santa Cruz, se encontraría la propuesta que entregó la mesa técnica de expertos que conformó el ministerio en octubre de 2018, la cual planteó “franquiciar el gasto efectivo en los trabajadores de la empresa y no el aporte como ocurre actualmente”.
Actualmente, las empresas -clasificadas en la Primera Categoría de la Ley sobre Impuesto a la Renta- que aportan fondos para capacitación, a través de los Organismos Técnicos Intermediarios de Capacitación (OTIC), por ejemplo, pueden recuperar parte de dicho monto mediante una rebaja tributaria en la Operación Renta de abril de cada año.
Ahora, la intención del gobierno buscaría que el beneficio tenga como contraparte la comprobada utilización de recursos en tareas de perfeccionamiento de los trabajadores. ¿La finalidad de esto? Evitar que las firmas realicen la contribución respectiva en diciembre y luego en abril recuperen lo entregado con la devolución de impuestos sin haber capacitado a sus trabajadores.
Reacción empresarial
Desde la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), el director de Políticas Públicas Rafael Palacios, señaló que si bien desconoce el detalle de la propuesta que prepara el Ejecutivo “cualquier modificación que defina correctamente los incentivos económicos y tributarios para la utilización de la franquicia en actividades de capacitación que creen vínculos más profundos con las empresas, va en el sentido correcto”.
A su juicio, las modificaciones son urgentes considerando que según el informe de la Comisión Nacional de Productividad sobre el Sistema de Formación de Competencias para el Trabajo del año 2017, “los resultados de la franquicia tributaria Sence muestran que la actual institucionalidad de capacitación es ineficaz, ya que se orienta principalmente en competencias de capital humano general, muchas veces de baja calidad y desconectada de las necesidades productivas, con baja incidencia en la empleabilidad o en una mejora salarial”.
Desde la Cámara Nacional de Comercio (CNC) existe una visión similar. El titular del gremio, Manuel Melero, afirmó que la capacitación “en poco tiempo pasará a ser incluso más relevante que la educación terciaria, por lo que debemos reformular completamente el sistema. Esto incluye al Sence, a ChileValora y a toda la institucionalidad vigente, para hacernos cargo realmente de este tema”.
Con respecto a la idea de franquiciar los gastos y no los aportes en capacitación, desde la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) el secretario general del gremio, Juan Pablo Matte, valoró la idea. “Desafortunadamente, con el tiempo ha habido una especie de disociación entre la franquicia tributaria y la capacitación (...) los cambios van en la línea correcta, todos aquellos cambios que busquen mejorar el impacto real de esto en capacitación”.
Para Palacios, en tanto, dicha modificación difícilmente podría subsanar por sí sola los problemas del sistema actual. “Se requiere una reforma integral al servicio y la administración de la franquicia para cerrar las brechas que existen actualmente entre las habilidades y competencias que el sector productivo requiere y las que los trabajadores están desarrollando. El desafío para las políticas públicas de formación de capital humano es enfocarse en otorgar competencias que permitan a las personas ingresar, mantenerse y desarrollarse en el mundo del trabajo”, dijo.
La cifra que las firmas dejan en el tintero
La franquicia tributaria permite que las empresas que destinan fondos a capacitación -a través de las OTIC- puedan recuperar parte de dicho monto mediante una rebaja de impuestos en la Operación Renta de abril de cada año.
Tras esto, Sence entrega un certificado que acredita los aportes realizados, dando la autorización a la firma para usarlos. Sin embargo, existe un margen de excedentes que queda sin uso.
Sobre esto, la última cifra oficial reveló que en el último año se desaprovecharon cerca de US$ 30 millones destinados a este ítem.
Según explicó en su momento el director del servicio, Juan Manuel Santa Cruz, "la empresa aporta fondos el año uno, y ese mismo año la empresa que aportó la plata la puede usar para capacitación propia dentro de la empresa. Si los fondos no se usan, o sobran, pasan al año dos y ahí la empresa puede seguir usando esos recursos en su propia empresa o puede destinarlos a un proveedor. Si el año tres siguen existiendo fondos que la firma no usa, es Sence quién decide en qué se usa y en qué se gastan esos recursos", explicó.
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