Muñoz y sus reparos al debate laboral: “Yo me siento defraudada con senadores de la Nueva Mayoría”
A juicio de la legisladora, la dilación del debate es responsabilidad de un grupo de parlamentarios oficialistas y no del gobierno. Eso sí, al Ejecutivo la senadora le cuestiona no zanjar la discusión.
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Más que molesta, la senadora del PPD, Adriana Muñoz, dice estar decepcionada con algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría, específicamente con aquellos que han intentado moderar el proyecto de ley de reforma laboral, desconociendo -según ella- el programa de gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. La desilusión tiene nombres, apellidos y tiendas políticas. Se trata de los hermanos Ignacio y Patricio Walker, Jorge Pizarro y Andrés Zaldívar, de la DC; y Eugenio Tuma, Felipe Harboe y Ricardo Lagos Weber, de su propio partido, el PPD.
Muñoz -que integra la comisión de Trabajo del Senado- acusa cierta deslealtad de este grupo de legisladores con el gobierno, a quien la senadora exculpa de toda responsabilidad, pese a que fue el propio Ejecutivo el que presentó una de las indicaciones más polémicas de la reforma: la que permite al empleador realizar “adecuaciones necesarias” durante la huelga, lo que fue calificado por parte importante de la Nueva Mayoría como “reemplazo encubierto”.
Lo que sí cuestiona la senadora a La Moneda es no zanjar antes el debate e insistir en la búsqueda de un acuerdo. En su opinión, lo correcto era llevar las diferencias del bloque a la sala del Senado y resolver ahí los focos de conflicto, como son el reemplazo en la huelga, la extensión de beneficios y la negociación colectiva interempresa. Que el debate termine en una comisión mixta no es, según la congresista, una derrota. Por el contrario, es el mejor camino para cerrar la discusión. También para clarificar quién es quién al interior de la Nueva Mayoría.
- El gobierno tendría lista o muy avanzada una nueva redacción para el reemplazo en la huelga, un equilibrio entre las adecuaciones necesarias y lo que aprobó el Senado, que propuso “ajustes”, siempre respetando los contratos de los trabajadores. ¿Comparte la idea de seguir buscando un consenso o prefiere cerrar ya el debate?
- Para los integrantes oficialistas de la comisión, lo más importante es poder garantizar que el empleador, en una situación de huelga, pueda encomendar funciones a los trabajadores que no lo están, que es lo que establece el Código del Trabajo. Estamos disponibles y tenemos el mejor de los ánimos para avanzar. Sin embargo, esto también depende de la posición que tengan cuatro senadores de la DC. Además, la complejidad es entender qué van a hacer los diputados de la comisión de Trabajo y la sala de la Cámara, porque este proyecto que estamos despachando es bastante distinto al que ellos mandaron al Senado.
- ¿Seguir buscando un acuerdo al interior de la NM no es seguir moderando la reforma laboral?
- Mi posición permanentemente ha sido llegar a la sala con las diferencias. Es importante que en el debate en sala se planteen las diferencias, que no son técnicas, sino que políticas, de fondo y que tienen relación con cómo garantizamos que el proyecto que envió el gobierno sea coherente con las ideas matrices de la reforma, como garantizar la huelga efectiva sin reemplazo.
- ¿Explicitar las diferencias no es correr un riesgo? Entendiendo que en materia de huelga los senadores de la DC podrían votar con la Alianza.
- Así es. Sin embargo, eso iría a la Cámara de Diputados y forzaría una comisión mixta. Estamos en una situación de empantanamiento que se puede romper sólo a través de un acuerdo o el debate en sala.
- ¿Se siente defraudada con el gobierno por la forma en que ha abordado la tramitación del proyecto?
- No, yo creo que por primera vez en 25 años estamos avanzando en aprobar normas para fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores y para dejar atrás parcialmente el plan laboral del 79’ de José Piñera.
- Pero era distinto avanzar en debates laborales durante los gobiernos de la Concertación que hacerlo ahora, cuando la nueva administración de Bachelet comprometió reformas estructurales. Sin embargo, en el debate se ha moderado bastante la discusión...
- Yo me siento defraudada por senadores de la Nueva Mayoría. Hay parlamentarios de la DC y del PPD que han tenido reparos en la materia y son los que han generado esta situación. No es el gobierno. Hay senadores que leyeron el programa de gobierno de la Presidenta; hicieron campaña con ese programa; y hoy han retrocedido y han desconocido esas posiciones. Ahí está el problema.
- ¿Cuál es su evaluación de la tramitación de la reforma?
- Ha sido un proceso que ha tenido un devenir esperable, porque la derecha se ha opuesto y se seguirá oponiendo. Lo nuevo, lo que me ha sorprendido, ha sido la posición de colegas de la Nueva Mayoría. Cada cual tiene su posición, pero más que molesta, estoy decepcionada.
gobierno no modificaría extensión de beneficios
Durante la última semana de febrero el gobierno reactivaría la negociación con un grupo de senadores de la DC y el PPD, para alcanzar un acuerdo político que permita -sin pasar por una comisión mixta- la aprobación de la reforma laboral, luego de más de un año de tramitación legislativa.
Los nudos son los mismos que se intentaron resolver, sin éxito, en enero: reemplazo en la huelga, negociación colectiva interempresa y extensión de beneficios. Sólo en el primero -el más polémico-, el Ejecutivo presentaría una propuesta.
- ¿Qué espera del gobierno para la fase final de la tramitación legislativa de la reforma laboral?
- En materia de extensión de beneficios, el gobierno no va a innovar, no va a presentar indicaciones.
En huelga es donde estamos empantanados y alerta a qué es lo que ocurrirá, cuál será la propuesta del Ejecutivo.
En mi opinión, se debería abrir el debate en la sala y se debería discutir, también, en la comisión mixta. La razón de tanta discusión en el párrafo que nosotros rechazamos en la comisión de Trabajo (sobre adecuaciones necesarias), es porque el equilibrio que se busca en garantizar el derecho al empleador a usar las facultades que le entrega la ley, de encomendar funciones a trabajadores que no están en huelga, hasta qué punto va a transgredir el principio fundamental de hacer efectiva la huelga.