Laboral & Personas

Santa Cruz: "Si seguimos por el camino de profundizar las desconfianzas y de criticar, Chile se va a ir al barranco"

Frente al proceso de reformas del gobierno, dice que “los caminos que han escogido no son los correctos para lograr sus buenas intenciones”.

Por: K. Peña y D. Vásquez | Publicado: Lunes 18 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
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“Llegar a decir que acá hemos agotado el trabajo y que hemos descubierto la pólvora, no es así”, lanza el presidente de la comisión de Productividad de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, a días del lanzamiento de una batería de 109 medidas para impulsar esta materia en nueve sectores clave. ¿Quién dejó de lado la productividad como para llegar a configurar un crudo diagnóstico? “Todos, pero no hay nada peor que tratar de buscar culpables. No me interesa ver quién tiene la culpa, me interesa ver cómo solucionamos las cosas, esto de pasarnos la cuenta es un pésimo camino”, dice.

- Más de 40 medidas dependen del empresariado. ¿Cuáles serán las prioridades?

- Vamos a ver cuáles priorizamos, dónde vamos a conjugar importancia y viabilidad, porque queremos definir cuáles son las más importantes no solo para los empresarios sino también para los ciudadanos. Nos vamos a reunir nuevamente en los próximos días con la comisión para ver cómo seguimos en esto.

- ¿Cuáles deberían ser prioritarias para el gobierno?

- Todas. Lo que tenemos que conjugar es prioridad y factibilidad. Tenemos que hacernos cargo de las que son responsabilidad nuestra, como evaluar las OTEC, que es un tema muy importante porque en capacitación hay mucho que hacer. Lo otro prioritario es el término expedito y en forma remota de los contratos de adhesión.

- ¿Qué sensación le dejó la aprobación de la reforma laboral?

- Siempre he sostenido que lamentablemente es una mala reforma, que no apunta a los problemas del mercado laboral del siglo XXI; esto está hecho con una lógica sesentera o una lógica de la revolución industrial

- ¿Avanza inevitablemente a una modificación en el mediano plazo?

- Esperemos que se modifique en algún minuto, pero lo que es difícil es cuando uno le da derechos adquiridos a los sindicatos cuesta mucho más.

- ¿La solución sería una agenda laboral paralela a la actual reforma?

- Llama la atención que si mi preocupación son los trabajadores, los más desvalidos, yo debería haberme preocupado de los que no tienen trabajo: las mujeres, los jóvenes y otros temas, distintos a los incluidos ahora en la agenda.

Todos estamos de acuerdo en que había que hacer reformas, que había que buscar avances en el mercado laboral, pero para el siglo XXI; todos estábamos de acuerdo en que había que recaudar US$ 8.300 millones con la reforma tributaria, pero hagámoslo bien, que le pegue lo menos posible a la inversión y al crecimiento y con mecanismos bien diseñados. ¡Hemos hecho todo lo contrario cuando todos perseguimos lo mismo! Es una cosa increíble. En cuanto a las reformas, hay algunos caminos que te llevan a Roma, otros caminos no te llevan a Roma y algunos te pueden llevar al precipicio.

- ¿Con la reforma constitucionavamos directo al precipicio?

- La reforma constitucional lleva a la incertidumbre. Uno tiene que decir “hay ciertos pilares básicos en los cuales yo creo como sociedad”.No se los voy a imponer al resto, pero creo que las autoridades deben jugarse y decir “estos son los pilares básicos en los que creo” o “aquí no tengo opinión”, porque lo que hay actualmente es un nivel de incertidumbre importante y en un mecanismo donde los que terminan participando son los grupos organizados. Aquí los que se organizan -y todos sabemos quiénes son más organizados que otros- son los que terminan participando y terminan marcando la agenda y creo que no es el camino.

- Tras la reforma laboral, ¿hay alguna autocrítica por parte del empresariado?

- Sin ninguna duda. En todo lo que se ha hecho, no todos los culpables son los que legislan, el culpable no es el gobierno, todos tenemos alguna culpa. Probablemente no hemos hecho bien la pega de dar a conocer cuál es la realidad, también hay casos de abusos del sector empresarial que provocan este tiempo de cosas.

- El ministro Burgos reiteró que con los cambios a la Constitución no se tocará el derecho de propiedad...

- Puedes decir que quieres cambiar estas cosas que no funcionan, eso lo encuentro bien, pero partir de cero es decir que aquí está todo mal. Tengo que identificar lo que no está funcionando y ese mensaje no lo he visto en la autoridad, decir “esto quiero reformar y estos son los pilares en los cuales creo y en los cuales se basa la sociedad”, pero tengo que jugármela y decir lo que pienso. En este tipo de cosas hay que “mojarse el potito” y hay que decir en lo que creo y no hay que tener temor en decir cosas que a uno no les puedan gustar.

- El gobierno está dejando esa decisión a la ciudadanía...

- Es la ciudadanía la que decide una Carta Fundamental a través de un plebiscito, eso no lo discuto, pero hay que decir lo que se piensa y en lo que se cree y en eso hay que jugársela, uno no puede vivir en esta ambigüedad.

El análisis del segundo tiempo

- ¿Cuál es su evaluación de lo que va de gobierno?

- Ha habido una muy buena intención respecto a las reformas que había que hacer y a los desafíos que tiene Chile, lamentablemente, los caminos para lograrlo, son los equivocados, no van a llegar a puerto.

- ¿Le cree a la Presidenta?

- Nunca he dudado. Yo a la Presidenta le creo. No hay nada peor que intentar desacreditar a las autoridades.

- ¿La relación gobierno-empresariado ha cambiado en el segundo gobierno de Bachelet?

- Lamentablemente, ha habido más distancia con el mundo empresarial y eso es un error. A veces he percibido de ciertas autoridades, tanto del Ejecutivo como del Legislativo, que no es muy bueno estar ni conversar con los empresarios, ¡qué cosa más absurda!

- ¿Cómo definiría hoy la relación gobierno-empresariado?

-Es una relación normal y las relaciones normales tienen momentos de más altos y de más bajos. Hoy estamos en un momento normal y esta agenda esperamos que ayude a recuperar los altos. Si seguimos por el camino de profundizar las desconfianzas, de criticar, tratando de echar a las instituciones, ahí Chile se va a ir al barranco. No tengo ninguna duda. Nuestro deber es mejorar el ambiente, recuperar la confianza, procurar dejar de lado los discursos refundacionales, darse cuenta que uno construye sobre lo ya construido, no derribando lo construido.

- ¿En este gobierno es donde se han sentido menos escuchados como empresariado?

- Han sido bastante menos acogidas nuestras propuestas y nuestras ideas y hemos tenido más monólogo que diálogo. Porque a algunos los pueden ‘escuchar’, pero lo importante es cuánto acoge, procesa y aceptan

- ¿Cree que eso cambie en este “segundo tiempo” del gobierno?

- Siempre soy optimista y creo que las cosas pueden ir mejor. Y el esfuerzo nuestro y esta agenda de productividad va en esa línea. Siempre la gente quiere hacer las cosas bien. Lamentablemente los caminos que han escogido no son los correctos para lograr esas buenas intenciones.

¿Se puede prevenir la colusión? "No hay soluciones mágicas"

- ¿Los casos de colusión han llevado a que no se acojan las demandas del empresariado?


- Sin ninguna duda. Y así como hay faltas a la ética, como han habido problemas de colusión, hay una campaña permanente de condenar antes que terminen los procesos y eso no nos hace bien.


- ¿El empresariado sobrereaccionó a algunos casos?


- Los casos de faltas a la ética, las irregularidades no son prácticas que el empresariado promueve, sino que siempre condena. Pero existe la presunción de inocencia hasta que no terminen los procesos, en todo tipo de juicio.


- ¿El caso CMPC dañó a la imagen del empresariado?


- Primero debo aclarar que presido una empresa del grupo Matte. Independientemente de eso, en este caso la empresa detectó que habían irregularidades, encargó una investigación y se ha comprometido a compensar el daño. Sin ninguna duda el caso no contribuyó a la imagen del empresariado, pero es importante aclarar que los que denunciaron fueron las mismas empresas. Y los dueños, al detectar las irregularidades, se pusieron a disposición, están en investigación y han pedido disculpas.


- ¿Hay una fórmula correcta para evitar este tipo de casos?


- No hay soluciones mágicas. Hay que avanzar en fortalecer los gobiernos corporativos y ver si la legislación vigente cuenta con los instrumentos necesarios para disuadir que se produzcan estos hechos.


- ¿El proyecto de libre competencia debe endurecer las penas e incluir cárcel?


- Es un tema que hay que analizar. Para ser bien honrado, no tengo una opinión formada, porque hay buenas y malas experiencias en ambos casos, por tanto, no me resto a ninguna. Lo fundamental es fortalecer la delación compensada, porque todos los carteles, en todo orden de cosas, se desarman cuando hay delación compensada. Y lo fundamental es buscar cómo los desbaratamos.


- ¿Son creíbles las declaraciones de Eliodoro Matte?


- Para mí 100% creíbles.


- ¿La culpa más bien estaría en los ejecutivos?


- Sí.


- ¿Cuál es la lección que queda?


- Debemos ver cómo fortalecer los gobiernos corporativos. Y en empresas tan grandes, probablemente hay que ser mucho más cuidadoso en esa materia. También hay que preocuparse del sistema de incentivos, ya que la mitad de ellos hacen que los ejecutivos maten por lograr resultados.

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