0,64% anual, hasta 2033, tendría que crecer chile en el escenario 2.
Un nuevo ingrediente al debate sobre la necesidad de impulsar el crecimiento económico -en estos momentos en torno a 2%- añadió un estudio del economista e investigador Juan Bravo. Sólo para neutralizar la presión de costos derivada de los más recientes cambios legislativos que involucran al mercado laboral -y otros que están en marcha-, el analista llegó a la conclusión de que el Producto Interno Bruto (PIB) del país requiere expandirse entre 0,64% y 1,15% en términos anuales.
El análisis, que lo hizo a partir de una solicitud de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), consideró las repercusiones de la reducción de la jornada a 40 horas, el alza del salario mínimo y de la cotización previsional, ya vigentes. A esto sumó que en el Congreso sigue avanzando una serie de iniciativas: como la modificación al postnatal parental y el proyecto de ley que interpreta el sentido y alcance de “sueldo” y “sueldo base” y que eventualmente el Ejecutivo presentará el proyecto de negociación multinivel.
387 mil empleos podrían perderse por la implementación de estas normativas.
Tras hacer esta identificación, y asumiendo que todas empiezan a operar en algún momento (o sea, el supuesto es que todas se aprueban), Bravo calculó el aumento acumulado del costo salarial por hora que generaría cada una de las seis iniciativas entre enero 2022 hasta que todas las iniciativas estén en régimen esto es, en agosto de 2033.
Aquí simuló dos escenarios alternativos. En el primero, se consideró que las medidas se traducen en su totalidad en un alza del costo salarial por hora que es asumida por los empleadores. En el dos se contempla que, en la práctica, no necesariamente estas medidas provocan un alza del costo salarial por hora en la misma cuantía que indica la ley, puesto que la evidencia muestra que, en una perspectiva de largo plazo, las empresas pueden traspasar parcialmente el alza de costos a menores salarios líquidos.
Este último escenario, explica la investigación de 115 páginas, es “más realista” ya que reconoce que el ajuste ante medidas no sólo ocurre a través de una reducción de empleo, sino que puede ajustarse a través de menores salarios.
“Ese rango de crecimiento es solo para poder contrarrestar esos efectos negativos. Es el que te permite anular esa destrucción de empleo. Por lo tanto, lo que se crezca por sobre esos números es lo que te permite generar empleos adicionales”, dijo Juan Bravo.
El detalle de las cifras
El estudio arrojó que en el escenario uno los costos salariales por hora subirían 39,32%, mientras que en el dos, un de 21,36%.
En la práctica, estos números implicarían una destrucción de 712.518 empleos en el primer caso y 387.065 empleos en el segundo.
115 páginas tiene la investigación.
De ahí la necesidad de asegurar un piso de PIB. En el primer caso, contrarrestar el efecto negativo requeriría un crecimiento de 14,23% entre enero 2022 y agosto 2033, equivalente a 0,1% mensual o 1,15% anual en todo el lapso. En el dos, se requiere que el Producto se expanda 7,76% en el período, equivalente a 0,05% mensual o 0,64% anual.
“El rango está entre 0,64% y 1,15%, y justamente la economía, si bien crece poco, de todas maneras crece más que ese rango. Nuestra capacidad de crecimiento de mediano plazo está en torno al 2% y este año la economía va a crecer entre 2% y 2,5%”, destaca Bravo.
Y si bien el investigador precisa que el país está creciendo a tasas superiores de las que se necesita para anular los efectos negativos de esta agenda, enfatiza que se requiere una cifra aún mayor para, por un lado, anular los efectos negativos, y por otro crear empleos.
“Ese rango de crecimiento es solo para poder contrarrestar esos efectos negativos. Es el que te permite anular esa destrucción de empleo. Por lo tanto, lo que se crezca por sobre esos números es lo que te permite generar empleos adicionales. El tema es que estás teniendo que destinar una parte del crecimiento solo para poder contrarrestar esos efectos negativos”, sostiene.
La presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, planteó que “el desafío no es hablar de costos, sino que de crecimiento. Si queremos más empleo formal y mejores salarios, necesitamos crecer. Hoy los datos muestran que Chile tendría que aumentar su crecimiento entre 0,6% y 1,1% anual solo para compensar el efecto de las nuevas regulaciones. Nuestro foco debe ser cómo impulsamos ese crecimiento, no cómo lo frenamos”.
La investigación de Bravo, además, reforzó la relevancia de que iniciativas legislativas de este tipo vayan de la mano de la gradualidad, porque, de implementarse de manera inmediata, el rango de crecimiento requerido para contrarrestar sería de 1,78% a 2,74% anual.
Para Jorge Welch, presidente de la Asech, estos números refuerzan el diagnóstico de que las legislaciones laborales están impactando a las empresas de menor tamaño.
“Esto es especialmente dañino en un contexto de bajo crecimiento como el que estamos experimentando. Si a este cuadro le sumamos la revolución de automatizaciones que genera la IA, vemos que difícilmente estas políticas generen otra cosa que mayor desempleo, aunque sean implementadas de forma gradual”, plantea.
Para él, “más que ayudas y perdonazos, lo que se necesita es que las pymes y emprendedores puedan trabajar tranquilos y si el Estado quiere apoyar, que lo haga con menos burocracia, mayor flexibilidad laboral, impuestos simples y con incentivos claros que premien el crecimiento. Si no, que se haga a un lado”.