Las definiciones que deberá enfrentar el acuerdo CPC-CUT
Si bien el Ejecutivo valoró el acercamiento, desde el Ministerio del Trabajo apuntan que hay que detallar los objetivos de algunas propuestas y apuestan por integrar al diálogo a otras organizaciones de trabajadores y al mundo PYME.
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Por Gonzalo Cerda / Patricio Ojeda
El último día de enero cerró un proceso que se extendió por casi cuatro meses y que se inició con la incertidumbre típica de un encuentro entre trabajadores y empleadores. En el mismo salón Antártica del Hotel Crowne Plaza en que el pasado 2 de septiembre se reunieron las cúpulas de la CUT y la CPC, se dio a conocer un documento de cinco páginas titulado “Declaración de voluntades CPC-CUT” en que ambas entidades plasmaron un compromiso en ocho ámbitos. Lo anterior con la crisis económica de telón de fondo y la necesidad de acuerdos en un año que se vislumbra complicado en materia social.
En el texto, ambas entidades plantean sus propuestas en materia laboral, pero por sobre todo, rayaron la cancha en los temas en que quieren avanzar y en los que ahora el gobierno tiene la palabra.
Desde un comienzo, el Ejecutivo vio con buenos ojos las bilaterales entre la CUT y la CPC -y las señales públicas y privadas del Ministerio del Trabajo apuntaron a dejarlos conversar sin intervenir-, pero ahora que el documento ya es público y será entregado por ambas organizaciones en marzo a la cartera encabezada por Evelyn Matthei, la pelota quedará del lado del gobierno.
Sin tener el documento oficial, preliminarmente en la cartera de Trabajo reconocen que en la propuesta hay algunas definiciones “genéricas” que deberán ser trabajadas con mayor especificidad para poder aterrizar las iniciativas en proyectos de ley.
En ese sentido, el ministro (s) del Trabajo, Bruno Baranda, manifestó que el gobierno estudiará las propuestas, pero que lo ideal y sensato es que en estas materias se integre a otros sectores, como la pequeña y mediana empresa (PYME), el comercio y otras centrales sindicales, “para que las medidas que se vayan implementando sean representativas de todas las realidades que se sienten a la mesa”.
Salario mínimo y multirut
En ese escenario, Baranda advierte que una vez que se recojan todas las inquietudes de los distintos actores, el gobierno “debiera ser capaz de avanzar en buscar consensos mayores”.
Entre esos acuerdos figura un tema que en los últimos años ha sido polémico: la integración del empresariado a la discusión por el salario mínimo. Ante esa propuesta, Baranda toma distancia y reconoce que la discusión del salario mínimo ha sido “históricamente, una tarea que los gobiernos encomiendan a los ministerios de Hacienda y del Trabajo y que actualmente, se han propuesto generar ciertos indicadores que entreguen herramientas objetivas de análisis, pero no hemos logrado avanzar al respecto”.
Pero uno de los aspectos que debiera recoger prontamente el gobierno es el multirut. Es sabido que el Ejecutivo quiere avanzar en esa materia y la CUT y la CPC expresaron su voluntad común para que las relaciones laborales entre empresas de un mismo controlador y que tengan un mismo giro puedan considerarse una sola.
Pero el diálogo no quedó ahí. La idea de ambas directivas es retomar el diálogo en marzo con temas claves, como la flexibilidad laboral y la sindicalización automática.