El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, puso paños fríos al Indicador Mensual de la Actividad Económica (Imacec) que en julio mostró una clara desaceleración respecto a los meses precedentes, justo cuando el mundo empieza a temer una recesión.
Larraín afirmó que “una golondrina no hace verano; el Imacec de un mes no determina el crecimiento de un año”, agregando que la baja vista en julio se debió a una situación puntual en la minería, que por la reducción de la ley en las extracciones de cobre y la huelga de Escondida su producción se derrumbó en más de 14%, lo que restó 1% al indicador global.
Con respecto a las perspectivas de mediano plazo, el titular de Hacienda reiteró que la economía chilena se mantiene sólida, pero que no es inmune a los efectos de una recesión proveniente de afuera, apuntando a que la situación actual en Europa es “realmente preocupante”.
Asimismo, Larraín dijo que la expectativa de crecimiento para Chile a fin de año se mantiene alrededor de 6,6%.