El nivel de holguras fiscales con la que contará la próxima administración gubernamental serán mínimos el próximo año. Esto de perseverar en las actuales metas de balance estructural, decisión que deberá definir el nuevo Gobierno a partir del 11 de marzo próximo.
Manteniendo dichos objetivos, las holguras que se anticipaban en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre se extinguen en la actualización que entregó Hacienda este miércoles, pasando incluso a un millonario saldo negativo para el lapso del 2026 a 2029.
La holguras se refieren a la diferencia entre los gastos comprometidos por el sector público y el nivel de desembolsos que es compatible con la meta de balance estructural vigente. En caso de que esa brecha sea positiva, significa que existe una holgura fiscal; mientras que si los gastos ya comprometidos son mayores que los desembolsos necesarios para cumplir con la meta, se amerita un ajuste presupuestario.

Esta última es la situación que marca el escenario 2026-2029, ya que en el período las holguras son negativas por US$ 3.363 millones. O sea, los gastos comprometidos superan en ese monto lo permitido por la regla fiscal.
Según la proyección de Hacienda, el año más estrecho será 2026, con una diferencia de US$ 1.792 millones. Dicha diferencia se reduce a cerca de la mitad en 2027, para luego dar paso a holguras en 2028. El horizonte de proyección concluye nuevamente con un saldo negativo, de US$ 817 millones (ver tabla).
En el IFP previo, el nivel total de holguras se ubicaba en US$ 484 millones entre 2025 y 2029, de la mano de un mayor espacio presupuestario entre 2027 y 2029.