Un categórico respaldo de un 90% registró el Panel de Políticas Públicas de la Universidad Católica a la consulta de abril, respecto de si hay que mantener los requisitos especiales para ingresar a estudiar pedagogía, que considera la actual Ley de carrera docente.
El planteamiento se hace cargo del debate que se reabrió luego de que el Gobierno presentó un proyecto que busca extender el plazo para que dicha norma entre totalmente en vigencia, estableciendo un nuevo mecanismo que reduciría las barreras para dicha carrera.
La medición del Panel UC, realizada en alianza con Radio Pauta y Diario Financiero entre respuestas de 21 economistas y no economistas de distintas sensibilidades políticas, añadió el punto de si se debe perseverar en las exigencias aun cuando signifique una baja en la matrícula.
“La evidencia internacional señala que el buen desempeño docente está correlacionado con altos puntajes en los mecanismos de ingreso a la educación superior. Sin embargo, para Chile no se observa una correlación positiva entre los puntajes de corte que están actualmente en discusión”. Sylvia Eyzaguirre
investigadora área de educación del CEP.

“Se debe complementar la política con fuertes medidas de atracción a las carreras y otras para mejorar el reconocimiento social de la profesión. Esa debiese ser la vía de trabajo”. Valentina Quiroga, exsubsecretaria de Educación.
Un 52% se manifestó de acuerdo y un 38% muy de acuerdo, cifras que para el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica, Harald Beyer, son muy categóricas.
A su juicio, la razón de fondo que se desprende de algunas de las respuestas de los panelistas, es que “los sistemas educacionales -al final- son capaces de rendir lo que sus profesores son capaces de entregar”.
En esta línea, precisó que “hay evidencia de que mientras mayores sean las exigencias en términos de las aptitudes de los docentes, mejor van a ser los aprendizajes de los estudiantes”.
“El rol que cumplen los profesores en el aprendizaje de sus alumnos es enorme y muy determinante en sus aprendizajes. Por ello, necesitamos que su formación sea exigente y rigurosa. Bajar la vara para tener más profesores, es hacernos una trampa en el solitario”. Soledad Arellano, Vicerrectora Académica de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Así, opinó que los expertos “privilegiaron calidad antes que cantidad, dado los efectos posteriores que esto tiene sobre los aprendizajes escolares”.
El exministro de Educación enfatizó que los datos corroboran que personas con mayores aptitudes demostradas en pruebas como la PAES, “suelen ser profesores más efectivos”.
“Lo ideal es mantenerlas elevadas, pero hay que manejar ese anhelo con realismo sobre la base del real interés en la carrera”. Alessia Injoque, directora de Fundación Iguales.

Fotos: Julio Castro y Archivo
Y agregó que eso se está viendo en los resultados que calificó como “mediocres” que se ven en educación. “Si bien no denotan una crisis, indican que falta mucho para acercarnos a los países con los que nos queremos comparar”, advirtió. En su opinión, el impulso adicional vendrá de profesores mejor preparados, por eso la idea de la exigencia.
¿Hay déficit?
Beyer dijo entender la preocupación de las escuelas de educación por enfrentar una caída en la matrícula, pero indicó que la solución no va por reducir los requisitos, si no que con mejores condiciones laborales, tal como lo señala la Ley de 2016. “Probablemente, hay que revisarla, tal vez no fueron suficientes o fueron para un número reducido de profesores, pero ahí se mostró un camino que hay que seguir mejorando”, sostuvo.
“Mi de acuerdo es seguro, pero sujeto, al mismo tiempo, a incentivar a los jóvenes a estudiar pedagogía. Para ello debe haber una sustancial mejora en las condiciones y salarios de los profesores. Hay que abordar un doble problema: calidad y cantidad de profesores, ambos deficientes en la actualidad”. José De Gregorio, decano de la FEN de la Universidad de Chile.
Dado lo anterio, el académico consideró “un retroceso” el proyecto presentado por el Gobierno: “Es intentar neutralizar estas mayores exigencias, pero además estas nuevas exigencias van a ser definidas por un comité de acceso a la educación superior, una suerte de subsección universitaria, donde hay rectores que están a cargo y tienen evidente conflicto de interés, porque son ellos que representan a las facultades que están preocupadas por la menor matrícula”.
Beyer también descartó el argumento de que habría un déficit eventual de profesores. Más bien, dijo, “falta gestión para asegurar que todos los colegios y territorios tengan profesores, pero no es evidente que el número que esté disponible hoy sea insuficiente para atender la demanda”.
Por ejemplo, señaló que en los últimos 15 años el número de profesores ha aumentado 46% y el número de estudiantes ha bajado 4%. Y “van a seguir cayendo”.
Además, señaló que hay del orden de 45 mil profesores que han egresado en los últimos seis años. “Uno podría decir ¿por qué no gestionamos ese grupo de profesores que ha salido y los reencantamos para que vuelvan al aula?”, planteó.