Política

El Nobel de Economía 2021 reconoce el aporte de los “experimentos naturales”

Los tres ganadores -David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens- han ayudado a mostrar relaciones causales en temas como salario mínimo, educación, inmigración y otros.

Por: MARCEL OPPLIGER | Publicado: Martes 12 de octubre de 2021 a las 04:00 hrs.
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La ronda de anuncios con los premios Nobel para 2021 concluyó ayer con el de Economía, que fue otorgado en dos partes: por un lado, al economista canadiense David Card, “por sus contribuciones empíricas a la economía del trabajo”; por otro, al israelí-estadounidense Joshua D. Angrist y al holandés-estadounidense Guido W. Imbens, “por sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales”. Ambas líneas de trabajo se consideran altamente complementarias.

Para el comité sueco, los ganadores “han demostrado que se pueden responder muchas de las grandes preguntas de la sociedad. Su solución es utilizar experimentos naturales, situaciones que surgen en la vida real que se asemejan a experimentos aleatorios”.

Como explica a DF el economista Sergio Urzúa, es mucho más fácil observar la correlación entre dos eventos que inferir relaciones de causalidad. “Los tres galardonados realizaron grandes aportes mostrando cómo con experimentos naturales podemos acercarnos a identificar causalidad. En simple: si veo que algo inesperado pasa (evento A), y luego puedo estimar cuales son las consecuencias de este ‘experimento natural’ en otras variables (evento B), puedo capturar causalidad. El Nobel 2021 es un reconocimiento a la economía aplicada seria y bien fundada.”.

Para la Academia, el trabajo de Card permite abordar cuestiones clave para las ciencias sociales contemporáneas, tales como el efecto de la inmigración en los niveles de salario y empleo, o si una educación más larga tiene incidencia en los ingresos futuros de una persona, entre otras.

“La contribución de David Card es inmensa. Rescataría su enfoque de temas económicos que, estoy convencido, es esencial: la seriedad en el análisis de los datos, el cuidado en la interpretación de la evidencia y la innovación continua para responder preguntas de primer orden”, enfatiza Urzúa, uno de cuyos trabajos fue abordado por Imbens en un paper incluido entre los antecedentes científicos del Nobel de este año.

Desafiando la convención

El comité premiador sostiene que los estudios de Card a principios de los 90 “desafiaron la sabiduría convencional”, en particular un trabajo de 1994 (junto a Alan Krueger) que mostró “que el aumento del salario mínimo no conduce necesariamente a un menor número de puestos de trabajo”.

Justamente dicho trabajo fue traído a colación ayer en numerosos comentarios de las redes sociales en reacción al premio de Card, con el argumento de que sus conclusiones -y el Nobel para el canadiense- representaban una suerte de “derrota de los economistas neoliberales”.

Al respecto, Urzúa aconseja cautela. “Muy en el espíritu del Nobel del 2021, hay que primero reconocer que las redes sociales no siempre son fuente confiable de información y menos permiten inferir causalidad. La conclusión (del paper de 1994) sugiere que el impacto negativo de aumentos del salario mínimo sobre el empleo es más limitado de lo que sugeriría un libro de texto, y tenemos buenas explicaciones del porqué (aumentos de precios del bien final, monopsonio, productividad)”, puntualiza el profesor de la Universidad de Maryland.

Y agrega que, “América Latina es una fuente continua de experimentos naturales, es una región llena de eventos inesperados y errores de políticas que pueden ser explotados como experimentos naturales. Uno tiene que preguntarse cómo no hay más estudiantes siguiendo los pasos de Card, Angrist o Imbens”.

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