Política

Eric Aedo (DC): “Las transformaciones sin desarrollo económico se llaman populismo”

El diputado electo advierte, además, que un elemento “esencial en una reforma de pensiones es que los recursos son de los trabajadores y el Estado no puede disponer de ellos”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Miércoles 9 de marzo de 2022 a las 17:45 hrs.
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Tiene una larga trayectoria en el servicio público como director de Chile Barrio, gobernador de la provincia de Concepción y seremi de Bienes Nacionales; también fue concejal de Concepción, y ahora aterriza en la Cámara de Diputados. Eric Aedo Jeldres (53), militante DC, representará al distrito 20 (Chiguayante, Concepción, Coronel, Florida, Hualpén, Hualqui, Penco, San Pedro de la Paz, Santa Juana, Talcahuano y Tomé).

Administrador público con postgrado en ciencias políticas, también fue candidato a gobernador regional, sin éxito; y ya fue electo jefe de bancada de la DC para este año.

Entre los 18 y 23 años estudió para ser sacerdote de la Compañía Jesuita, aunque no llegó a cantar misa. Porque trabajando con Benito Baranda descubrió que le "vibraba más el corazón con la política que haciendo misa", acota.

-¿Qué expectativas tiene respecto de la posibilidad de llegar a acuerdos en el contexto de una cámara tan diversa?
-En la Compañía aprendí que el diálogo no sólo es fundamental, sino que hay que traducirlo en obras concretas. Dicho eso, voy a apostar fuertemente por el diálogo al interior de la Cámara y creo que esa es una de las cosas que llevó a que mis colegas me eligieran jefe de bancada. Mi trayectoria pública en general ha estado marcada por buscar amplios acuerdos. Entiendo también que quienes están llamados a tener mayor responsabilidad en la búsqueda de acuerdos son los partidos de gobierno, sobre ellos recae el peso de la prueba. Son los partidos de gobierno y el propio gobierno los que tienen que tener claro que para que las transformaciones que quieran realizar, tienen que hacerlas concordadas con otros sectores políticos, porque hay que afirmarlas económicamente. Las transformaciones sin desarrollo económico se llaman populismo.

-Se lo pregunto porque la futura oposición ha dicho en público que será constructiva y que estará abierta al diálogo, pero en privado algunos han llamado incluso a obstruir al nuevo gobierno, ¿es posible dialogar con esos sectores?
-A diferencia de eso, nosotros vamos a hablar con el gobierno de forma muy directa y honesta. Hablé con Giorgio Jackson que estará encargado de la coordinación entre el gobierno y el Congreso y le doy una certeza: Nosotros, en público, vamos a decir exactamente lo mismo que en privado. Y este afán de colaborar, pero diciéndole al gobierno y a los partidos de gobierno que ellos tienen la primera responsabilidad para llegar a acuerdos. Esto se lo dije en privado a ahora se lo estoy diciendo en público. Esa es la diferencia con (Diego) Schalper, que efectivamente en público dice una cosa y, lamentablemente al parecer lo grabaron, porque en privado dice otra. Eso es parte de un estilo político que, siento, que ya no tiene mucho espacio en el país.

-Aparentemente el primer proyecto que el gobierno enviará al Congreso es la reforma tributaria, ¿qué aspectos de la reforma tributaria afectarían, a su juicio, el crecimiento económico.
-Por ejemplo, que no se avance en que quienes hoy día generan mayor riqueza no paguen más impuestos, sino que él énfasis se ponga sobre medianas o pequeñas empresas; o que incluso se aumenten impuestos personales, es decir, de profesionales, de trabajadores, sin aumentar la carga impositiva de las grandes empresas.

-¿Es indispensable y necesario para avanzar que se le aumente a las grandes empresas?
-Es necesario para avanzar, porque es una de las demandas de la sociedad chilena que siente que quienes tienen más no hacen el mismo esfuerzo tributario para avanzar. Yo creo que esa fue una de las causas de lo que tuvimos a partir del 18 de octubre de 2019. Con esto no estoy diciendo que a las empresas haya que cortarles el oxígeno, sino simplemente que tienen que ser capaces de pagar impuestos más adecuados a sus ganancias. Pero no sólo me refiero a las empresas privadas, también hay distorsiones de empresas que hay que mejorar.

-¿Cómo cuáles?
-Por ejemplo, Enap en la Región del Biobío, en Hualpén, paga una patente de $26.500 al municipio –este dato es real-. En ese tipo de distorsiones también hay que llevar más justicia tributaria y de ingresos. Porque también están al debe algunas empresas públicas que generan efectos bastante adversos en las comunidades y dejan muy poco aporte.

-¿Deberían pagar las empresas pagar los impuestos donde efectivamente realizan su actividad económica?
-Sí, pero tampoco soy ingenuo. Sé que una reforma de esa magnitud probablemente es difícil que se apruebe, pero sí creo que se puede avanzar en una reforma tributaria que una porción de los impuestos de esas empresas vaya de vuelta a las regiones de una manera mucho más clara, donde se genera la actividad económica.

-¿Es insuficiente la eliminación de exenciones que se acordaron para financiar la PGU, hay que profundizar más?
-Creo que hay que avanzar más, pero el sentido de realidad indica que había que dar el paso que se dio para la Pensión Garantizada Universal (PGU). Aunque lo que se avanzó no es suficiente, hay que dar más pasos, pero ese era necesario de dar y el sentido de realidad se impuso, por eso tuvo el apoyo transversal que tuvo.

"Mantendría el IFE Laboral"

-Otra de las prioridades del nuevo gobierno es justamente una reforma de pensiones, ¿cuáles son los principales elementos que una reforma de pensiones debería tener para efectivamente sea aprobada por el Congreso?
-Lo primero es que las pensiones suban. Eso es de pero grullo, pero no lo hemos hecho en tantos años. Lo segundo es que sea un sistema en que los costos no los paguen sólo los trabajadores, cuando el mercado fluctúa, que haya más solidaridad de quienes administran estos fondos. Yo sé que esos cambios se hicieron en gobiernos de la Concertación y, por eso, hay que corregirlos. También hay que tener en cuenta para esta reforma que los trabajadores y trabajadoras tienen plena conciencia que esos fondos son de ellos y eso mismo deja claridad de que no hay espacio para una propuesta de corte populista o estatista que expropie los fondos de pensiones. En eso ha habido un avance y la sociedad chilena no quiere retroceder. 

-Aunque existe un acuerdo transversal de que los retiros no son la forma más apropiada para paliar los problemas de la crisis sanitaria y económica, en ese sentido ¿le parece viable que avance el quinto retiro?
-Es tremendamente popular plantear hoy día un quinto retiro y me llenaría de aplausos si dijera que estamos de acuerdo, pero me parece que no es la forma correcta de enfrentar los problemas económicos generados por la crisis sanitaria. Ya vemos los efectos que están generando los retiros, que se produjeron por la reacción muy limitada y tardía del gobierno, que no entendió la magnitud del problema. Hoy día hay conciencia de la magnitud del problema. Sé que lo más popular es decir que un quinto retiro sería fantástico, pero me parece que uno tiene que ser responsable. Así es que no soy partidario de un quinto retiro, porque además los efectos los está pagando la gente con la inflación.

-¿Usted mantendría el IFE Laboral?
-Yo lo mantendría, porque tuvimos una gran alza de contagios con el Ómicron, se ha visto una baja, pero la verdad es que no sabemos cuál va a ser su comportamiento. Entonces, me parece que sería interesante, por lo menos, mantenerlo durante este año.

-¿Qué cree que debería hacer el nuevo gobierno para retener y atraer más inversión?
-Si el gobierno y los partidos de gobierno no son capaces de llegar a un acuerdo con los partidos de izquierda y centroizquierda; por ejemplo, en un acuerdo administrativo para la mesa de la Cámara de Diputados o el Senado, lo único que muestran con eso es inestabilidad e incertidumbre. Y las empresas e inversiones no se realizan en climas de incertidumbre. Por eso quiero volver a recalcar que el gobierno y los partidos de Apruebo Dignidad tienen tanta responsabilidad en la búsqueda de acuerdos. Si dan esas señales de acuerdo, como uno administrativo en la Cámara, que incluya a la Democracia Cristiana y a otras fuerzas políticas, obviamente, que lo que se genera hacia el exterior son señales de certidumbre y con eso vuelven las inversiones. En Chile, en el último año, o se han detenido las inversiones o se han ido.

-¿Cuánto influye en la estabilidad el trabajo de la Convención?
-Hoy día está influyendo, pero espero que gente razonable ayude a mantener las cosas centradas en la discusión. Quienes tienen una trayectoria pública más centrada tienen que alzar la voz frente a ideas que alejan la inversión. Hay gente que piensa que la incertidumbre se instala sólo para los grandes capitales y no se da cuenta de que está instalando la incertidumbre también en los chilenos comunes y corrientes, en los trabajadores, profesionales. En ese sentido, me parece que el gobierno también debe jugar un rol. Sé que la Convención es algo independiente del gobierno, pero hay partidos o movimientos que adhieren al gobierno del presidente (Gabriel) Boric, que están presentes en la constituyente y no le pueden generar a su gobierno, antes de que comience el 11 de marzo, niveles de incertidumbre que le hacen mal.

-¿La preocupa que se esté instalando la idea del rechazo al plebiscito de salida justamente por como se ve el trabajo de la Convención?
-Me preocupa porque hemos hecho un esfuerzo enorme que costó vidas, mucha destrucción en el país, una confrontación entre nosotros, costó casi la caída del gobierno del presidente (Sebastián) Piñera... Se depositaron muchas esperanzas en el proceso y me preocupa que el resultado termine en foja cero si se impone el rechazo. Por lo mismo, creo que los constituyentes tienen que tomar conciencia de la responsabilidad que cae sobre sus hombros, porque son ellos los que han transmitido incertidumbre, no la ciudadanía. Por eso quiero hacer un llamado a personas como Fuad Chahín, Felipe Harboe y otros a que jueguen un rol de llamar al pan, pan, y al vino, vino, no llegar a consensos respecto de malas ideas. A ratos me da la impresión que en la Convención se llega a consensos respecto a malas ideas, que sólo están larvando una situación compleja hacia el futuro.

 

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