El estudio longitudinal de las encuestas del Instituto de Estudios Municipales 2009-2012 da cuenta de una serie de problemas que, según las personas, son los que más las afectan e impactan directamente a sus comunas. La delincuencia aparece como el ítem más mencionado con una cifra que, por lo demás, se mantiene constante desde 2009. A su vez, pese a las movilizaciones y a su aparición casi permanente en la prensa durante los dos últimos años, el tema de la educación registra solamente una leve alza en el número de menciones.
El problema que sí aumenta ostensiblemente es el de la salud primaria. Lo interesante de esto es que este incremento ocurre a pesar de que -a contrario sensu de la educación y la delincuencia-, lo relacionado con la salud municipal es prácticamente invisible para los medios de comunicación, los discursos políticos de los candidatos y la agenda pública de las políticas del Estado.
Por otro lado, este mismo set de encuestas 2009-2012 preguntó a sus entrevistados qué institución del Estado es la responsable de hacerse cargo de estos problemas. El resultado es el de siempre: pagan justos por pecadores.
Primero, porque la población carece de una adecuada educación cívica y no sabe quién es el responsable de tal o cual acción del Estado. Y entonces ocurren confusiones como la siguiente: una de cada dos personas piden al municipio la solución de los problemas de la delincuencia, cuando lo único que puede hacer una municipalidades es intervenir en la prevención de ella y siempre en forma compartida con otros organismos gubernamentales. El municipio no está para atajar a los ladrones. La policía, sí.
Finalmente, y es la razón principal, esto ocurre porque en Chile el “principio de subsidiariedad“ -“si el mercado no lo hace, el Estado lo hace”- no se cumple. El Ejecutivo le entrega a las municipalidades responsabilidad en problemas y proyectos, pero sin recursos ni atribuciones políticas asociados a éstos. Y luego, como los municipios son la cara visible del Estado y sus ocurrencias, los ciudadanos -obvio- la cargan contra ellas. El que no se cumpla el “principio de subsidiariedad” en Chile, que es el eje de la participación ciudadana, y la matriz de los fundamentos del partido político del presidente, es a lo menos, preocupante.