El running y su atractiva velocidad en las empresas
Gerentes y empleados de todas las áreas corriendo juntos hacia la meta. Es la gracia del running, un deporte cada vez más de moda en las firmas chilenas.
Por: | Publicado: Viernes 16 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Por Claudia Marín
Trabajan todo el día, a veces bajo presión, y esperan ansiosos a que la jornada termine. Pero la anhelada recompensa no es un after office, sino ponerse las zapatillas , su polera corporativa y empezar a correr.
Y es que a los miles de deportistas que cruzan a trote las calles y parques de Santiago se están sumando con fuerza los equipos de running surgidos al interior de las empresas, que ya son parte del paisaje de corredores urbanos en horario post-oficina.
Fortalecer las relaciones entre los integrantes de la empresa, mejorar el clima laboral, reforzar el compromiso con los objetivos de la organización y, como consecuencia, reducir los índices de ausentismo y rotación del personal son algunos de los beneficios que llevan a las empresas a incluir a los deportes como parte de sus políticas de recursos humanos. Y el running, por su simpleza y la poca implementación que requiere, está tomando velocidad.
“Al principio algunas personas, sobre todo las que habitualmente no hacían ejercicio, llegan de manera tímida y se sienten inseguras de sus capacidades”, cuenta Lenka Lichnovsky, coordinadora de los programas para empresas del grupo de corredores FullRunners, que desarolla entrenamientos para estos deportistas. Los grupos se reúnen dos veces a la semana en las cercanías de las oficinas de cada firma.
Según Lichnovsky, los participantes, además de ir mostrando cada vez más interés en mejorar, “agradecen el poder hacer deporte cerca de su empresa y el poder compartir con sus compañeros de trabajo en una instancia distinta, generándose un sentimiento de equipo y pertenencia. Así, paulatinamente va aumentando la gente que participa en la medida que sus propios compañeros les transmiten sus logros”.
Ahora, estos runners corporativos tienen el foco puesto en la Maratón de Santiago. Cada uno se prepara para cumplir sus propios objetivos, pero la clave es el trabajo colectivo, que se replica al ponerse la corbata y volver a la oficina, esperando otro día para salir a correr.
Trabajan todo el día, a veces bajo presión, y esperan ansiosos a que la jornada termine. Pero la anhelada recompensa no es un after office, sino ponerse las zapatillas , su polera corporativa y empezar a correr.
Y es que a los miles de deportistas que cruzan a trote las calles y parques de Santiago se están sumando con fuerza los equipos de running surgidos al interior de las empresas, que ya son parte del paisaje de corredores urbanos en horario post-oficina.
Fortalecer las relaciones entre los integrantes de la empresa, mejorar el clima laboral, reforzar el compromiso con los objetivos de la organización y, como consecuencia, reducir los índices de ausentismo y rotación del personal son algunos de los beneficios que llevan a las empresas a incluir a los deportes como parte de sus políticas de recursos humanos. Y el running, por su simpleza y la poca implementación que requiere, está tomando velocidad.
“Al principio algunas personas, sobre todo las que habitualmente no hacían ejercicio, llegan de manera tímida y se sienten inseguras de sus capacidades”, cuenta Lenka Lichnovsky, coordinadora de los programas para empresas del grupo de corredores FullRunners, que desarolla entrenamientos para estos deportistas. Los grupos se reúnen dos veces a la semana en las cercanías de las oficinas de cada firma.
Según Lichnovsky, los participantes, además de ir mostrando cada vez más interés en mejorar, “agradecen el poder hacer deporte cerca de su empresa y el poder compartir con sus compañeros de trabajo en una instancia distinta, generándose un sentimiento de equipo y pertenencia. Así, paulatinamente va aumentando la gente que participa en la medida que sus propios compañeros les transmiten sus logros”.
Ahora, estos runners corporativos tienen el foco puesto en la Maratón de Santiago. Cada uno se prepara para cumplir sus propios objetivos, pero la clave es el trabajo colectivo, que se replica al ponerse la corbata y volver a la oficina, esperando otro día para salir a correr.