El vino de los cien

Por: | Publicado: Viernes 27 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Una idea que parece simple, como casi todas las buenas ideas, pero que llevarlas a cabo tienen su complejidad. Rafael Prieto está acostumbrado a desarrollarlas y siempre está pensando en alguna nueva. Entre las primeras estuvo la llamada Edición Bicentenario y Top Winemarkers 5 x 20, donde cinco enólogas y cinco enólogos trabajaron por primera vez en grupo para crear un vino diferenciado por sexo.

Su empresa se llama precisamente Top Winemarkers, y tras este proyecto de 100 Barricas de Chile, desarrollará otro de 50 Barricas de Chile Carmenère, que se lanzará el próximo año.

100 Barricas de Chile significó seleccionar precisamente un centenar de barricas de Cabernet Sauvignon, de la mano de un centenar de enólogos y viñas diferentes, para dar origen a una botella de vino.

Para obtener el vino 100 Barricas de Chile se creó un directorio de siete prestigiosos enólogos (Aurelio Montes, Pablo Morandé, Cecilia Torres, Marcelo Retamal, Marco Puyó, Francisco Baettig y Marcelo Papa) que acordó un concepto y estilo de vino final. En total trabajaron directamente en las distintas catas 85 enólogos para hacer este “vino único de todos”, como dice Prieto.

Siguiendo un estricto protocolo enológico, se realizaron 14 degustaciones a ciegas cada dos semanas hasta abarcar todo Chile. Cada viña envió dos alternativas de vino para ser probadas. Estas degustaciones se realizaron en cada valle y en ellas se fueron seleccionando las muestras, al final de cada sesión se realizaron distintas pre mezclas para probar cómo se unían los vinos entre sí. Después, en laboratorio, se estableció de manera exacta cada fórmula del vino aprobado para cuidar las debidas proporciones y estabilizar las muestras.

Finalmente, de las más de 22 pre mezclas obtenidas, sólo tres vinos llegaron a la recta final, los cuales fueron catados en agosto del 2012 por 50 enólogos. Ese día, por mayoría democrática se decidió un vino, el que mejor representaba el concepto definido al inicio del proceso. Luego se llevaron a la bodega de Viña Tarapacá las cien barricas seleccionadas desde cada viña de origen, de ahí fueron mezcladas todas en un estanque para finalmente embotellar el vino el 26 y 27 de septiembre de 2012.

Además de este gigantesco ejercicio, esta labor ha sido destacada por todas las viñas –que van desde las “grandes” como Santa Rita y Concha y Toro hasta las medianas e incluso pequeñas como De Martino y Koyle- como una de las pocas colaboraciones concretas y transversales para apoyar la imagen país del vino chileno, con un resultado sin duda único, en una botella, que se comercializará en unos 50 mil pesos.

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