Los objetivos son prevenir y manejar los conflictos de interés, mejorar su gobierno corporativo y aumentar la transparencia y calidad de información al mercado. Y como se trata de cambios que pueden ser considerados “mayores”, la decisión al interior del directorio de la Bolsa de Comercio de Santiago no ha sido fácil.
Una de ellas ha sido la iniciativa que plantea la figura del “operador ciego”. Esto hace referencia a que en los terminales de la bolsa, en los que actualmente se puede identificar a las corredoras por un número, esa información no se encuentre disponible, sino hasta que el mercado ya haya cerrado. “La idea es que no haya comunicación alguna entre los operadores, que no comiencen a negociar por teléfono; porque todo esto va en pro de la transparencia”, comentó una fuente del mercado.
Otro de los puntos que aún no genera un consenso “a firme” es que no se puedan seguir dando situaciones en las que un director de un holding sea, a su vez, dueño de corredora. “Aunque existan las llamadas murallas chinas, la verdad es que se ve feo y no queremos más casos en los que se generen suspicacias”, afirmó un ejecutivo.
Cabe recordar que las medidas entregadas por el Comité de Buenas Prácticas, como las 24 medidas dadas a conocer por el presidente de la BCS, Juan Andrés Camus, serán refundidas en un sólo documento, lo que se espera ocurra en un plazo máximo de tres meses.
Según comentó una fuente del directorio, algunas medidas serán obligatorias, y otras que no pasarán de ser una recomendación. ¿Sanciones? aún están siendo definidas.
Los cambios para las OD
Su definición técnica es aquella oferta en el Sistema de Pregón, en la cual un sólo intermediario actúa como comprador y vendedor del instrumento sujeto a negociación.
En varios mercados de países desarrollados y con una mayor profundidad que el local, las órdenes directas (OD) están prohibidas.
Además, en el último tiempo fueron especialmente cuestionadas tras la formulaciones de cargo que hizo la SVS en el caso Cascadas, ya que fue este tipo de transacción la ejecutada “con el objeto de generar utilidades contables en la cascada”.
El regulador constató la existencia de órdenes de compra y/o venta de acciones aparentemente realizadas sólo con el fin de cumplir formalmente con las condiciones para efectuar una OD automática, de modo de asegurar el calce y asegurar el cierre de operaciones entre las partes, “evitando toda difusión a eventuales terceros intervinientes”.
La propuesta que se está manejando es segmentarlas por volumen y liquidez del mercado.
Habría consenso que en las operaciones de tamaños relevantes no tienen justificación. “En papeles líquidos existiría la opción de hacer esos calces en la modalidad de remates, o directamente en el mercado como segunda modalidad, lo que implicaría que ese corredor podría simultáneamente ofrecer, comprar y vender y si son las mejores ofertas, se calzan”, comentó un ejecutivo.
Por otro lado, en papeles o mercados ilíquidos , el asunto es diferente. “Se debe proteger al cliente pequeño. Para ello , siempre podría existir la modalidad de remate y por eso se ampliaría el número de remates diarios, y como segunda opción, permitir las OD de montos restringidos ¿el monto? aún está en estudio”, afirmó la misma fuente, quien agregó que “nuestro mercado es muy chico, entonces está bien tener OD en las operaciones más pequeñas, pero el asunto es dónde está el corte”.
Otro de los temas que también se está abordando guarda relación con la publicación de Estados Financieros por parte de los emisores. La idea es que éstos los comiencen a informar una vez que los mercados ya están cerrados, “porque si lo hacen, por ejemplo, durante la mañana, se pueden dar situaciones que no nos gusten”, comentó.