La banca encendió nuevamente sus alarmas. Primero fue la norma que los obliga a tener un modelo estándar que genera mayores provisiones en los créditos hipotecarios si los bancos no se resguardan bien frente al riesgo de no pago de sus clientes (llamada norma B1). Ahora el regulador tiene en el horizonte pasar a una siguiente etapa de modificaciones normativas -previa consulta- que esta vez contemplará mayores provisiones a los créditos de consumo y a los comerciales.
Un nuevo golpe, acusan desde el sector, que se suma al ruido ya generado en la industria y las inmobiliarias la reciente modificación hecha por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) con las mayores provisiones hipotecarias, que gatillará, como comentan fuentes del mercado, que los bancos efectúen préstamos de menor monto para la compra de vivienda, generando así un desincentivo a la adquisición por parte de la clase media emergente.
Ahora, sostienen desde la industria, el impacto para la banca de esta futura norma en créditos comerciales y de consumo que aún no se publica podría ser peor en los segmentos crediticios comerciales y de consumo.
Reacciones
“Tendrá (la SBIF) que adecuar la futura norma de provisiones en consumo y comerciales a la realidad chilena, porque hasta ahora aplicarían realidades internacionales a rajatabla. Si la van a aplicar en épocas de contracción como ésta, se va a amplificar el decaimiento de la economía”, dice el gerente general de un banco.
Otro alto ejecutivo de la industria complementa que en el segmento crediticio de consumo “no hay tanta garantía, entonces va a tener más peso el factor morosidad. Eso indudablemente va a tener impacto, incluso más que en el ajuste de norma de provisiones hipotecarias”, recalca.
Actualmente el nivel de riesgo de los créditos de consumo es más alto que en los hipotecarios, y la mora puede llegar a 15%. “El índice de riesgo de la banca es 0,70 en créditos hipotecarios y en consumo es entre 4 y 5”, detalla una alta fuente bancaria.
Finalmente, desde un importante banco agregan que “en estos periodos todas las instituciones tienen suficientes recursos como para enfrentar deterioros en la cartera. No tengo mayor preocupación en lo que vaya a ocurrir en los créditos comerciales ni que vayan a producir un efecto significativo en la banca (...) Si hay un deterioro macroeconómico, obviamente que tienen que haber deterioros crediticios y cuando esto ocurre, lógicamente que uno tiene que constituir las reservas que correspondan”.
La SBIF no ha dado fecha exacta para publicar la nueva norma de mayores provisiones en créditos comerciales y de consumo, pero indicaron que lo harán durante este año y adelantaron que el “plazo de implementación contará también con la gradualidad suficiente para minimizar el impacto que estos cambios pudieran tener sobre los planes de negocios y los sistemas de la banca”.
BCCh monitorea cambios en provisiones hipotecarias
Conocedores del tema sostienen que hoy el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, debiera revisar junto a su equipo el impacto de la nueva normativa de provisiones hipotecarias.
En el análisis debiera dilucidar si la nueva normativa sobre hipotecarios tiene “impactos acotados” como indicó la SBIF, donde si se hace una proyección el stock de colocaciones debiera pasar de 0,7% a 0,86%, lo que implicaría menos de US$ 100 millones adicionales a la banca. La otra opción, es que el impacto sea mayor a 1% de las provisiones sobre la cartera, como indican fuentes de la banca, lo que supondría un monto superior a US$ 200 millones.
Lo cierto, es que el Banco Central deberá estudiar a fondo el tema, porque ayer en la tarde la SBIF envió una sorpresiva circular sobre la norma de mayores provisiones en hipotecarios, donde introducen modificaciones.
Modificaciones recientes
El titular de la SBIF, Eric Parrado, sostiene que la norma de mayores provisiones hipotecarias considera un plazo de implementación de un año para que exista un tiempo razonable de ajustes en la industria. “No obstante lo anterior, se pueden hacer aclaraciones que permitan el mejor entendimiento e implementación de la misma”, dijo a DF.
Esas “aclaraciones” que menciona Parrado, ayer se cristalizaron en una nueva circular con modificaciones que amortiguan el impacto, donde destaca que se bajarán las condiciones para salir del incumplimiento de un moroso desde seis a cuatro meses, con lo que reduce el tiempo de provisionamiento de la banca.