Chile comienza a avanzar, gradualmente, para aproximarse a las normas internacionales de Basilea III, al menos en lo que respecta a la gestión de riesgos de liquidez del sistema bancario.
Esto, luego de que la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) pusiera en consulta la nueva normativa que avanza en la implementación de dichos estándares, la que se complementa con las disposiciones que emitió recientemente el Banco Central.
En concreto, la nueva norma de la SBIF introduce modificaciones a las normas que regulan la determinación de la "relación de operaciones activas y pasivas", buscando ajustar las normas relativas a la gestión y medición de liquidez de las entidades bancarias.
Según informó el organismo regulador, el proceso para realizar comentarios se extenderá hasta el 10 de abril.
Los objetivos principales
Uno de los principales objetivos que persiguen las disposiciones propuestas por la SBIF es fortalecer las políticas de gestión del riesgo de liquidez en la banca. Para ello, se fijan las responsabilidades específicas del directorio en la aprobación de la política de administración de liquidez; de la alta administración en la elaboración y cumplimiento de la política aprobada por el directorio y de implementar el proceso de gestión de liquidez.
Otro objetivo relevante consiste en incorporar medidas cuantitativas de Basilea III, aunque sin fijar límites normativos. En este caso, se introducen disposiciones para implementar dos de los principales indicadores de Basilea III: la Razón de Cobertura de Liquidez (RCL) y la Razón de Financiamiento Estable Neto (RFEN).
Durante una primera fase, la medición de ambos será exclusivamente para fines de monitoreo, con el fin de realizar los ajustes y calibraciones locales necesarios, previo a la adopción de los requerimientos normativos.
Asimismo, con esta nueva normativa se incrementa la frecuencia y alcance con la que los bancos deberán informar su posición de liquidez a la Superintendencia del área.