La nueva hoja de ruta de Viña Aresti: crecer en valor y en mercados
Controlada por las hermanas Begoña y Ana María Aresti, la viña factura US$ 20,5 millones y busca nuevos viñedos en Colchagua.
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por verónica moreno
Una nueva etapa está abriendo la Viña Aresti. La reconocida bodega del valle de Curicó que fue fundada en 1951 por Vicente Aresti Astica y que hoy es controlada por sus hijas Ana María y Begoña Aresti, está empeñada en convertirse en una de las viñas familiares más reconocidas y rentables del país, dice Matías Rivera quien asumió la gerencia general de la compañía en julio pasado con la misión de poner en marcha la nueva estrategia de Aresti.
Hoja de ruta
“Estamos en un nuevo ciclo en la empresa donde las dueñas están muy comprometidas -al igual que el directorio- con el proceso que estamos viviendo. Esta viña tiene tradición y es muy reconocida y queremos serlo mucho más”, dice Rivera.
Para ello, la hoja de ruta diseñada contempla enfocarse en el crecimiento de las marcas en valor y en los mercados más relevantes.
La compañía tiene dos marcas principales: Aresti y Espíritu de Chile, además de Espíritu de Argentina, este último elaborado por su operación mendocina. “Estamos desarrollando una nueva línea dentro del portafolio, que es la de vinos gran reserva que esperamos vender a US$ 65 FOB la caja”, explica el ejecutivo.
Para todo este plan hay una lista de proyectos que ya están desarrollando como racionalizar el portafolio, enfocándolo hacia los requerimientos de los distintos mercados y también buscan obtener la certificación de sustentabilidad de Vinos de Chile durante el próximo año, entre otras acciones.
La compañía vende 800 mil cajas al año y factura del orden de los US$ 20,5 millones. Rivera señala que para este año esperan crecer 7% en valor y 4% en precio promedio.
“Y para 2014, si bien el presupuesto aún no está terminado, estamos apuntando a crecer un 8% adicional sobre el 2013 en valor”, explica el ejecutivo.
En tanto, en el mercado interno venden del orden 35 mil cajas y este año esperan un crecimiento de 12% en el precio promedio.
Viñedos
Viña Aresti cuenta con 300 hectáreas plantadas en el valle de Curicó, además posee una bodega de 9 millones de litros de capacidad y una línea de llenado de 3 mil botellas por hora.
Rivera señala que durante 2012 y parte de este año se plantaron 100 nuevas hectáreas, lo que implicó una inversión cercana a los US$ 2 millones, con el objetivo de garantizar el abastecimiento propio de uva. En la actualidad, el 50% de la producción corresponde a uva propia, cifra que debería aumentar hasta un 60%.
Matías Rivera señala también que uno de los proyectos de la firma es ampliarse a otro valle. “Estamos evaluando alternativas específicamente para uvas tintas. Yo diría que Colchagua podría ser una opción, estamos mirando y está dentro de la estrategia”.