El presidente de Abengoa, Antonio Fornieles, ha anunciado durante la junta de accionistas del grupo celebrada este jueves en Sevilla, que la empresa ha alcanzado un principio de acuerdo con los bancos acreedores y los bonistas para cerrar su plan de reestructuración.
En concreto, Fornieles ha señalado que el preacuerdo se ha alcanzado con el Comité de Coordinación de Bancos integrado por Bankia, Popular, Santander, CaixaBank y CACIB, así como con un grupo de bonistas e inversionistas de nuevo dinero formado por Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners, The D.E. Shaw Group, Elliott Management, Oaktree y Värde.
Tras las ventas y las medidas de ajuste realizadas en los últimos meses, el presidente de Abengoa ha señalado que las necesidades de liquidez de la compañía se han reducido a unos US$ 1.330 millones frente a los US$ 1.660-1.990 millones contemplados en el plan inicial. El grupo prevé cubrir estas necesidades mediante una nueva línea de financiación y la renovación del algunos créditos existentes.
Fornieles no ha ofrecido más cifras del acuerdo, por lo que ahora falta conocer el volumen de fondos que finalmente inyectarán los bonistas. Fuentes del sector señalan que su aportación podría rondar los US$ 642 millones, de los que alrededor de US$ 554 millones sería dinero nuevo.
El CEO de Abengoa, Joaquín Fernández de Piérola, ha señalado que el grupo "continuará trabajando con sus acreedores financieros y comerciales para cristalizar este acuerdo y poder implementarlo en las próximas semanas".
Abengoa solicitó un pre concurso de acreedores el pasado mes de noviembre asfixiada por una deuda financiera de más de US$ 9.970 millones y por casi US$ 5.540 millones en pagos a proveedores.
En abril pasado, un juzgado avaló la prórroga acordada entre el grupo de ingeniería y sus acreedores al objeto de contar con más tiempo para negociar el plan de reestructuración.
De este modo, Abengoa tiene hasta finales de octubre para conseguir que al menos el 75% de sus acreedores respalde dicho plan y sellar así un acuerdo definitivo que aleje el fantasma de una posible entrada en concurso que, de producirse, sería la mayor registrada en la historia empresarial de España.