Guante pone fin a 90 años de fabricación: se enfoca en e-commerce y rentabilizar tiendas
“Vamos a dejar la fabricación a quienes se dedican a producir y vamos a enfocarnos en el retail y el desarrollo de productos”, afirma el gerente general de la compañía.
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Guante –una de las empresas de calzado más tradicionales del país con una trayectoria de 90 años– anunció ayer una drástica medida: el cierre de su fábrica ubicada en la comuna de San Miguel, que junto a la desvinculación de 283 trabajadores -que ayer fueron informados de la situación-, implicó el fin de su producción local.
De esta manera, la familia Halcartegaray decidió implementar la medida que venían analizando desde unos dos años: el cese de las operaciones de su planta con una superficie de 18 mil metros cuadrados en la calle Álvarez de Toledo (entre Santa Rosa y Gran Avenida) inaugurada en 1994.
La producción local de zapatos llegó a representar el 95% de su oferta. Sin embargo, en los años posteriores fue reduciendo progresivamente su participación, para situarse antes de esta decisión en torno a 20% de la oferta de calzados, con la elaboración de 1.400 pares de zapatos al día, lo que además significaban menos de la mitad de su capacidad instalada.
“Desde hace décadas es ampliamente conocida la enorme dificultad que significa para la industria del calzado fabricar en Chile, dada la gran diferencia de costos con productores de otros países, y porque de a poco la industria proveedora chilena prácticamente dejó de existir. Nuestra planta estaba operando a menos de la mitad de la capacidad y con menos personas, y la decisión de cerrarla fue dolorosa, pero planificada”, señala Esteban Halcartegaray, socio y gerente general de Guante, empresa que opera las marcas Guante y Gacel, cada una de las cuales representan la mitad de sus ventas.
Ruta de crecimiento
“Más que reinventar la empresa, buscamos profundizar el modelo”. Con esa mirada, Halcartegaray asegura que el horizonte de la compañía continuará en ser un especialista en desarrollar un calzado que responda a las necesidades del cliente, tras delegar lo que respecta a la producción. Aclara eso sí que esto último “implicará una caída de producción, pero no de oferta, pues todo fue planificado y la oferta está elaborada. No es una decisión de ayer”.
En esta estrategia, la omnicanalidad es el principal frente para ganar terreno. La idea, explica, es integrar su portafolio de tiendas (74 en Chile, siete en Argentina, tres en Perú, además de otras cuatro a través de franquicias en Bolivia y Paraguay) con el canal online.
El horizonte es lograr que al 2020, el canal equipare las ventas de su tienda más rentable. Clave para ello, dice Halcartegaray, ha sido la operación a mediados del año pasado de un nuevo centro de distribución y una alianza con Chilexpress, que le permite a la empresa lograr un despacho a domicilio en 24 horas.
Su presencia online también se complementa con sus ventas a través del negocio mayorista, que representa en el caso de Guante un 50% de las ventas. Actualmente, distribuyen con actores como Falabella y Ripley.
Otro flanco de Guante se encuentra en mejorar la experiencia de sus clientes a la hora de comprar en tienda, lo que se ha ido potenciando en la medida que se van remodelando sus activos.
“Vamos tratando de transmitir lo que queremos de las colecciones dentro de la experiencia de la tienda. Remodelamos 10-15 tiendas al año”, asegura Halcartegaray.
Si bien la familia mantiene 95% de la propiedad de la empresa, 5% está en manos de los exdueños de Gacel. Y según el ejecutivo, no se cierran a un nuevo socio.