La incertidumbre por los efectos que tendrá la salida del Reino Unido de la Unión Europea llevó ayer a la principal institución financiera del bloque a mantener inalteradas sus tasas de interés, pese a las expectativas de una baja, además de entregar señales de una posible intervención este año para estimular la economía en el continente.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aseguró ayer que la entidad no dudará en entregar estímulos frescos si fueran necesarios, una vez que tenga un panorama más claro del impacto económico de la decisión británica.
“Si hay garantías de que lograrán sus objetivos, el consejo de gobierno actuará usando todos los instrumentos que tiene”, señaló el personero, quien agregó que se necesita más evidencia sobre las consecuencias del Brexit para tomar una decisión. Aseguró que en el encuentro, “no se discutieron instrumentos específicos”.
El anuncio decepcionó a inversionistas que buscaban señales más fuertes por parte del BCE. “Temo que los mercados tienen esperanzas demasiado altas sobre cuánta flexibilización pueden aplicar este verano (boreal) los bancos centrales”, dijo a Bloomberg el analista en Nordea Bank en Copenhague Anders Svendsen. “El mercado tenía una pequeña esperanza de que el BCE hiciera algo” durante el encuentro celebrado ayer.
De acuerdo con Draghi, una encuesta a expertos financieros que se publicará hoy revelará que aún no hay un impacto mayor del Brexit en la inflación en la zona euro. El precio a los consumidores crecería 0,3% este año, 1,2% el próximo, 1,5% en 2018 y 2,8% en el mediano y largo plazo.
Instrumentos al tope
La decisión del BCE mantiene la principal tasa de refinanciamiento en cero y la de depósito en -0,4%, ambos niveles históricamente bajos. En tanto, el alivio cuantitativo a través de la compra de bonos se calcula en 80.000 millones de euros (US$ 88.000 millones) por mes.
Ampliar dichos instrumentos podría generar más riesgos; el principal de ellos sería la escasez de bonos, en la medida en que la entidad los compra más rápido de lo que los gobiernos los emiten. Es el caso de la deuda soberana de Alemania.
Frente a ello, Draghi reiteró su llamado a que los gobiernos impulsen reformas para respaldar el estímulo monetario. “Otras áreas políticas deben contribuir con mucha mayor decisión”, señaló, llamando a enfocarse en aumentar la productividad y mejorar el ambiente de negocios.
Aún así, algunos economistas prevén que en la próxima reunión, el 8 de septiembre, se anunciarán nuevos estímulos, probablemente la extensión del alivio cuantitativo.
El factor Italia
Junto a los efectos del Brexit, otro riesgo latente para Europa es el fantasma de crisis bancaria que ronda a Italia. Las instituciones financieras de ese país sienten el peso de cerca de 360 mil millones de euros
(US$ 400 mil millones) en deuda, lo que se suma a la caída registrada en el valor de sus acciones.
Por esa razón, el gobierno italiano está buscando una manera de recapitalizar a algunos de las entidades sin afectar a los dueños de bonos subordinados -muchos de ellos familias ordinarias-, al mismo tiempo que intenta respetar las reglas de la Comisión Europea sobre ayuda gubernamental.
“Es un gran problema; va a tomar tiempo”, señaló Draghi. Agregó que cualquier medida “debería ser acordada con la comisión según las reglas existentes”.