El suspendido presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, compareció ayer ante la Comisión de Ética del organismo, para defenderse de acusaciones que aseguran que recibió US$ 4 millones de parte de empresas.
El legislador se encuentra apartado de sus funciones luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) lo acusara de obstruir una pesquisa por corrupción en su contra.
Cunha es uno de los principales aliados del presidente interino de Brasil, Michel Temer, y fue el impulsor del proceso de impeachment que mantiene suspendida a la presidenta Dilma Rousseff.
Ayer, el diputado negó tener relación con la empresa Carioca Engenharia, cuyo dueño, Ricardo Pernambuco Júnior, aseguró haber realizado 22 depósitos al legislador.
Cunha logró designar a uno de sus aliados, André Moura, como líder del oficialismo en el Parlamento, lo que prueba que su influencia política sigue intacta. De acuerdo con Reuters, varios partidos pequeños mantienen su apoyo a Cunha.
En tanto, el presidente interino Temer ofreció el puesto de CEO de Petrobras a Pedro Parente, ex ministro de la Casa Civil y de Hacienda y actual líder financiero de BM&FBovespa SA, quien ya aceptó. El ingeniero había trabajado en la petrolera anteriormente, además de desempeñarse como CEO y presidente de Bunge Brasil S.A.