Donald Trump no está acostumbrado a ceder terreno, pero ayer lo hizo. El presidente de Estados Unidos respaldó un plan de su Partido Republicano para bajar el impuesto a las empresas del actual 35% a 20%, cinco puntos más de lo que él proponía.
La cifra final, no obstante, no es negociable para Trump, quien la describió como una “línea roja”. De aprobarse esa propuesta, EEUU pasará de tener la mayor tasa de la OCDE a una de las más bajas, menos que Japón (cuyas empresas tributan 23%), Australia (30%) y el promedio mundial actual de 22,5%.
En un discruso en Indiana, Trump aseguró que la reforma “rebajará los impuestos para la clase media, hará el sistema más simple y justo y traerá de vuelta los trabajos y la riqueza que muchos pensaron que se habían ido para siempre”.
La propuesta también busca reducir de seis a tres los tramos del impuesto individual, con una tasa máxima de 35%, casi cinco puntos menos que la actual. Pero no entrega detalles de cómo se compensará la menor recaudación fiscal.
Aunque la iniciativa fue redactada por un grupo pequeño de oficialistas, Trump ha buscado convencer a líderes demócratas, con quienes tuvo reuniones en la Casa Blanca. La oposición, hasta ahora, no ha comprometido un respaldo.
Debate parlamentario
La iniciativa encuentra a los republicanos con sed de una victoria, luego del fracaso de sus intentos por derogar y reemplazar Obamacare. Pero el oficialismo muestra señales de división. El senador Bob Corker dijo ayer a un canal de televisión que el trámite legislativo requerirá “fortaleza estomacal” y que “hará que el debate de salud se vea fácil”.
La bancada republicana pondrá especial cuidado en el efecto que la reforma tendría sobre el déficit. Un análisis de Capital Economics prevé que la iniciativa tendrá un costo para el gobierno de US$ 3 billones (millones de millones) en diez años.
La Casa Blanca asegura que la reactivación económica que generará la reforma, además de la eliminación de vías de elusión tributaria, compensarán los menores ingresos para Washington.
Otro debate será en torno a las tasas tributarias para personas de mayores ingresos. Según Bloomberg, la Casa Blanca está abierta a que el Congreso cree un cuarto tramo de gravámenes, por encima del 35%, algo para lo que, según parlamentarios, hay apoyo oficialista.
En tanto, la oposición ha asegurado que no respaldará una rebaja tributaria a los más ricos. El senador independiente y exprecandidato presidencial Bernie Sanders dijo que “lo último que deberíamos estar haciendo es entregar miles de millones de rebaja tributaria a las personas más ricas y las empresas más rentables”.
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