El presidente en funciones de España, Mariano Rajoy, sigue en su intento por evitar una tercera elección general, proceso que tendría un importante costo político, social y sobre todo económico para una nación que apenas empieza a recuperarse de una recesión.
Según el vicesecretario del Partido Popular, Fernando Martínez-Maillo, para poder lograr un gobierno de coalición y concretar finalmente su investidura, el líder del partido negociará “con discreción” con Ciudadanos y el PSOE, para obtener el apoyo del primero y la abstención del segundo.
A favor de Rajoy se suma la posición del primer secretario del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Miquel Iceta, quien aseguró que si el PP contara con Ciudadanos y tuviera el respaldo de 169 votos, habría “otra situación que reflexionar y valorar”, dejando abierta la posibilidad de sumarse.
Rajoy someterá a votación su nombramiento el 3 de agosto, en la que requiere mayoría absoluta. Si no la tiene, pasaría a una segunda ronda, el 5 de agosto, en la que necesita mayoría simple; es decir más votos a favor que en contra. Si fracasa en ambas fechas, y también lo hacen sus adversarios en los dos meses siguientes, se convocan elecciones para el 27 de noviembre.
Pero, de lograrlo, se impediría un tercer proceso en menos de doce meses, que se traduce en un gasto para el país de al menos 480 millones de euros (US$ 533 millones), considerando la organización y logística de la votación –que incluye telecomunicaciones y seguridad–, las subvenciones a los partidos que se otorgan dependiendo de los votos obtenidos y el dinero que dedican las fuerzas políticas a cada campaña. Además, se pondría fin a un período de incertidumbre en el país.
Retraso en las medidas
Graciano Viejo Fernández, director técnico de la consultora madrileña Simple Lógica, alertó sobre los efectos económicos de la situación actual. “Preocupa el hecho de que con nuevos comicios se retrase más la adopción de medidas que están siendo necesarias para los ciudadanos, entre ellos los presupuestos”, explicó a DF.
Y es que, “los vigentes no están adaptados a la realidad del año entrante. Además, existe una amenaza de sanción por incumplimiento del déficit en los resultados del ejercicio anterior. Son muchos temas a negociar, con alto impacto social, y sin gobierno no es posible”.
Cambio generacional
Viejo Fernández sostuvo que, para avanzar en este proceso, se requiere un cambio generacional y, aunque dudó de la propuesta de Rajoy de hacerse a un lado si no logra el gobierno de coalición, estimó que eso no será suficiente. “A lo mejor tienen que hacerlo los de la vieja guardia y eso es más difícil de mover en un partido. Hay gente joven en otros cargos que podrían limpiar el nombre del PP que se ha visto involucrado en reiterados casos de corrupción”, expuso.
Además apuntó a que la situación actual se debe a la posición de “esperar en vez de actuar” de Rajoy que, aunque es el líder del partido más votado, tiene un “temperamento político que no es estímulo. Las propuestas son escasas y, en ese sentido, ningún partido se atreve a dar un paso”, aseveró.