Horas después del inicio del cese al fuego definitivo entre el gobierno de Colombia y las FARC, tras 52 años de conflicto, la agencia estadística del país dio a conocer que el PIB creció 2% en el segundo trimestre, frente al mismo período del año pasado. La cifra estuvo bajo las expectativas de los analistas, que apuntaban a una expansión de 2,3%, y fue la menor desde la crisis financiera de 2009.
Pero los expertos confían en que la economía colombiana, fuertemente golpeada por la caída del petróleo, tiene buenas perspectivas de mejora tras el acuerdo de paz, que pondría fin a décadas de desconfianza de los inversionistas y ataques a empresas, entre ellas la estatal Ecopetrol. El Ministerio de Hacienda espera que el acuerdo permita acelerar en al menos un punto porcentual el crecimiento cada año.
Un informe de Fitch Ratings adelanta que la implementación del acuerdo “entregaría beneficios a la economía en el mediano y largo plazo”. La calificadora –que en julio cambió de estable a negativa su visión del panorama colombiano–, señaló que “las áreas que pertenecían a zonas del conflicto atraerán inversión en minería y agricultura” y llamó a “entregar una respuesta gubernamental que impulse la consolidación fiscal”.
En las cifras entregadas ayer, el sector de minería e hidrocarburos se contrajo 7,1% en comparación con el año anterior, mientras la agricultura se redujo en 0,1%. La construcción, principal apuesta del gobierno con un ambicioso plan de infraestructura, se desaceleró a 1% tras expandirse 5,2% en el trimestre anterior.
Reforma tributaria
Fitch espera que, una vez aprobado el acuerdo de paz en el plebiscito de octubre, el gobierno enfoque sus esfuerzos en un aumento de impuestos que podría ser aprobado antes de que termine el año. La medida es necesaria para lograr las metas fiscales en un año de fuerte caída en los ingresos petroleros.
Es una expectativa que comparten en Moody’s. El analista Samar Maziad dijo que “la aprobación de una reforma estructural de impuestos este año es crucial para contener la presión sobre las cuentas fiscales”.
La semana pasada, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que el gobierno prevé un calendario similar a otras reformas tributarias en el pasado; en 2012 y 2014, dos iniciativas comenzaron a discutirse en octubre.
En tanto, un informe del analista de Citigroup, Dirk Willer apunta que “la reforma tributaria debería ser más importante para los mercados que el acuerdo de paz (...) Los esfuerzos políticos para aprobarla probablemente comiencen una vez que se conozcan los resultados del referendo”.
Sector agrícola
Ayer, el vicepresidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU, Perin Saint Ange, resaltó que el acuerdo de paz crea un “entorno propicio” para invertir en las comunidades rurales.
Al iniciar una visita oficial, señaló que “la única manera de aprovechar la oportunidad histórica de lograr una paz duradera es asegurar que las inversiones en la población rural pobre conduzcan a un aumento de la productividad agrícola y a un desarrollo sostenible”.
Según datos de la FAO, Colombia cuenta con cerca de 22 millones de hectáreas de tierras cultivables, de los cuales apenas 5 millones están explotados.
Erich Arispe, analista de Fitch para Latinoamérica: "El dividendo de la paz ya ha sido internalizado"
- ¿Prevé efectos del acuerdo de paz en el corto plazo para la economía colombiana?
- En gran medida, el dividendo de paz ya ha sido internalizado por la economía. Las políticas de seguridad democrática en los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos han tenido rédito económico para Colombia. Los beneficios del acuerdo de paz llevarán un tiempo en materializarse. Sí, mejorarán las perspectivas para las zonas en donde el conflicto se mantiene latente en los sectores de minería, petrolero y el agro.
- ¿Se puede cuantificar el efecto económico del fin del conflicto?
- Somos cautos. Hay estimaciones del 1% al 2% del crecimiento tendencial. Es difícil calcular en este momento el impacto, sobre todo, porque en Colombia ya ha habido mejoras en los últimos diez años.
- ¿Se prevé una aceleración de la economía en el corto plazo?
- El país está en un período de ajustes por la baja del petróleo. La inflación es alta y la política monetaria no ayuda al crecimiento. Este año, esperamos un crecimiento de 2,3%. No prevemos que eso cambie por el acuerdo.
- ¿Qué espera de la reforma tributaria?
- Debería ser una reforma que aumente la recaudación fiscal y dé mayor certidumbre. Tenemos que esperar hasta fin de año para ver qué tipo de reforma va a salir del congreso.
- ¿Cree que mejore la pesrpectiva del país, que hoy es negativa?
- En nuestros escenarios base, hemos incluido la aprobación de la paz y la reforma tributaria. La perspectiva negativa responde al deterioro que hemos visto en indicadores de solvencia, por la caída de los precios petroleros, y el aumento del déficit fiscal y la deuda externa. No queremos minimizar el significado histórico del acuerdo y los esfuerzos de reforma fiscal, pero los indicadores se han deteriorado. Tenemos que tener una certidumbre que se vea en indicadores duros.
