Internacional

Desempleo y obstrucción legislativa complican solución de Obama a la crisis

El presidente se enfrenta otra vez a los republicanos en su búsqueda de entregar planes que alivien a la economía de EEUU.

Por: | Publicado: Lunes 5 de septiembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por María Ignacia Alvear C.




Hoy lunes se celebra el día del trabajo en EEUU. Una fecha significativa, considerando que 14 millones de estadounidenses se encuentran cesantes y que el presidente Barack Obama se prepara para entregar un discurso el jueves en el que dará a conocer sus planes para la creación de más empleos. Sin embargo, nuevamente el factor político se interpone en los planes de Obama para salvar a la economía de EEUU.

Sin siquiera haber comenzado a sesionar tras el receso de verano, el Congreso rechazó la idea de que el presidente presentara su agenda para el empleo durante el primer día de sesión de los congresistas, un hecho que llama la atención debido a la situación crítica de la economía y que, a la vez, respaldaría la decisión del recorte a la calificación crediticia hecha por S&P hace exactamente un mes, la que se basó en la disputa entre los políticos para lograr un acuerdo en elevar el límite de la deuda. Además, todo esto se conjuga en contra de Obama para su reelección en 2012, la que parece cada vez más lejana, tras los resultados de las encuestas que arrojan que los estadounidenses opinan que su mandatario tiene un mal manejo de la economía.



Ayuda “marginal”


El desempleo registrado en agosto fue de 9,1%, la misma tasa que el mes anterior, y las nóminas no agrícolas fueron de cero. Esto quiere decir que la creación de puestos de trabajo en la economía se neutralizó completamente con los despidos del mismo mes. Esta es la primera vez que la economía de EEUU no crea ningún empleo en el saldo neto desde febrero de 1945.

“Esta situación perjudica a Obama y sus intenciones de ser reelecto. Y no creo que ellos (el gobierno) estén intentando crear más trabajos. Es más, las cifras señalan que el sector que perdió más trabajo es el del gobierno”, dijo a DF el profesor de Harvard y ex consejero económico del ex presidente Bill Clinton, Jeffrey Frankel.

El discurso que dará Obama el 8 de septiembre (a las 7 de la tarde, hora de Washington, para que no coincida con la transmisión por TV del inicio de la liga de fútbol americano) se basará principalmente en la necesidad de aumentar las inversiones en la infraestructura y obras públicas. Pero las expectativas de que su plan sea efectivo son bajas.

“Cualquier cosa que anuncie va a ayudar de manera muy marginal. No creo que la creación de puestos de trabajo vaya a aumentar con un discurso ni sugerencias”, opinó el economista jefe del think tank Idea Global, Enrique Álvarez.

Además, destaca el experto, hay que tomar en cuenta que son muchos los estadounidenses que han estado sin empleo durante más de seis meses y que están perdiendo capacidad para reincertarse en el mercado, “lo que es una carga social muy importante”, acota.



Proceso político roto


La mala disposición de los republicanos hacia Obama hace recordar la intensa negociación para elevar el techo de la deuda y es una señal de que el “proceso político está roto” y de que esto podría continuar.

Tanto así que el candidato presidencial republicano Mitt Ronmey y el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner planean entregar sus propios discursos sobre planes de creación de empleo.

“Creo que Romney y Boehner hablarán de reducir los impuestos y las regulaciones. Esas propuestas están fuera de la realidad. Esta gente habla sin sentido cuando dicen que los impuestos están destruyendo el crecimiento”, indicó el co director de Center for Economic and Policy Research, Dean Baker. “Tendría más sentido culpar a la peste bubónica y a los aliens de Neptuno”, agregó.

No obstante, una encuesta realizada por Quinnipiac University arrojó que los estadounidenses creen que Romney manejaría mejor la economía que Obama.

Desde la Segunda Guerra Mundial ningún presidente ha ganado la reelección con una tasa de desempleo sobre 6%, con excepción de Ronald Reagan, quien enfrentó una cesantía de 7,2% en 1984. El desempleo había bajado de tres puntos porcentuales durante los dos años anteriores bajo su mandato.

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