El presidente de Estados Unidos Barack Obama y los demócratas del Congreso
lograron ayer dar un paso más para llegar hoy a un acuerdo final de la reforma sanitaria, después de que recibieran el
apoyo de los grupos sindicales para poner un impuesto a los planes de seguro de
alto costo.
El acuerdo sobre el llamado "impuesto Cadillac" del Senado, ha
sido uno de los mayores obstáculos en la fusión de las iniciativas de reforma
de salud aprobadas por ambas cámaras legislativas, y, por este motivo, los
negociadores esperan lograr un pacto sobre las provisiones más importantes del
proyecto en las próximas horas.
Tras el acuerdo, Obama reconoció que los sondeos de opinión muestran que la
reforma sanitaria es impopular.
"Sé cuan pesado ha sido esto", dijo Obama. Pero indicó que, una
vez que haya sido aprobado, "el pueblo estadounidense pronto entenderá que
este proyecto hace cosas que a ellos les agrada y no hace lo que la gente ha
estado tratando de decirles que hace".
Hasta ahora, los demócratas de la
Cámara baja y sindicatos laborales se han opuesto al llamado
'impuesto Cadillac' pues dicen que este impuesto afectará a las familias de
clase media y trabajadores sindicalizados que cedieron parte de su salario por
mejores.