Premier italiano Matteo Renzi asume mañana la presidencia del Consejo Europeo
El gobernante está a favor de la integración europea, pero se mostró crítico del status quo.
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El gobierno italiano liderado por el primer ministro y líder del Partido Democrático (PD) de centroizquierda, Matteo Renzi, asumirá la presidencia rotativa de seis meses del Consejo de la Unión Europea mañana. Tradicionalmente, Italia ha favorecido fuertemente la integración europea y los gobiernos italianos han buscado frecuentemente a Europa para dar credibilidad a sus políticas.
El sólido desempeño del PD en las elecciones del Parlamento Europeo en mayo contra la dura oposición euroescéptica ha impulsado la credibilidad de Renzi. Sin embargo, la inestabilidad política nacional, el débil crecimiento económico de Italia y las frágiles finanzas públicas del país probablemente limiten la influencia de Renzi en Europa.
La clara victoria del PD en las elecciones del Parlamento Europeo han ayudado a reforzar la autoridad política nacional de Renzi al otorgarle la apariencia de un mandato electoral, que no tenía al convertirse en primer ministro tres meses antes. También parece haber impulsado la postura de Renzi frente al resto de los jefes de gobierno de la UE, muchos de los cuales fallaron en superar las fuerzas políticas euroescépticas en las mismas elecciones en sus países. Todavía está por verse si esto le dará a Renzi mayor influencia en el futuro de las legislaciones de la UE.
Cambios en la UE
El extenso discurso de Renzi el 24 de junio en el que se fijan las prioridades del gobierno para la presidencia italiana de la UE contiene una distintiva falta de detalles respecto a propuestas y prioridades específicas (establecer la agenda es la tarea principal del presidente del Consejo Europeo), y fue más un llamado a actuar.
Estaba fuertemente a favor de la integración europea, pero se mostró crítico del status quo, comparando a Europa (la UE y sus instituciones) con una “tía vieja y aburrida” con una lista de compra de recomendaciones.
También expresó su preocupación sobre la complacencia de los políticos respecto del déficit democrático de la UE, que ha contribuido a la baja participación en las elecciones del Parlamento Europeo y a la alta proporción de votos que fueron hacia las fuerzas euroescépticas.
Usando su propia lógica reductiva para criticar el enfoque actual de la UE frente a temas fiscales, describió como “kafkiana” la lógica detrás de la decisión de la Comisión Europea de tomar acciones legales frente a un país (Italia) por rechazar adherirse a las reglas en la directiva de pagos atrasados de la UE y luego tratar de evitar el pago de los atrasos sobre la base de que podría causar que el déficit de presupuesto del país excediera el techo de la UE de 3% del PIB.
El discurso también contuvo mensajes para la canciller alemana, Angela Merkel, quien se ha convertido en la cara oficial de la austeridad en los países periféricos de la zona euro. Recordó al parlamento italiano que la última vez que Italia tuvo la presidencia de la UE en 2003, Alemania y Francia solicitaron, y se les aprobó por la comisión, la flexibilidad de exceder el techo de déficit de 3% del PIB.
En este período Alemania lanzó una serie de reformas económicas que permitieron que la economía alemana surgiera más fuerte y mejor equipada para lidiar con las crisis recientes.
Maniobras para reformas
Renzi usará la presidencia de seis meses de Italia para presionar por una mejor gobernabilidad en la UE y un cambio en la forma de hacer política, especialmente en lo que se refiere al crecimiento económico y la política fiscal.
Con una deuda fiscal cercana al 136% del PIB y sin crecimiento aún después de una recesión prolongada, Italia necesita más espacio de maniobra para empezar a implementar reformas orientadas al crecimiento, en el mercado laboral y en el sistema tributario, por ejemplo, lo que probablemente sea doloroso en el corto plazo y pondría mayor presión al alza en el déficit fiscal, pero que podría potencialmente mejorar el crecimiento de Italia en el mediano a largo plazo.
Renzi ha sido crítico frente a la respuesta guiada por la austeridad fiscal a la crisis de la zona euro, pero ha dicho repetidamente que Italia acatará las reglas fiscales existentes.
Con esto, parece estar diciendo que espera mantener el déficit en 3% del PIB o sólo por debajo, en lugar de buscar un presupuesto equilibrado para 2016, como prometió el gobierno tecnócrata de Italia liderado por Mario Monti en 2012.