El jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Grecia, 
Poul Thomsen, advirtió que el país tendrá que afrontar graves 
dificultades si el Gobierno no acelera la aplicación de reformas 
fiscales y reducción del gasto.
Para que el programa trianual 
de rescate de la economía griega tenga éxito es imprescindible que 
Grecia "mejore su mecanismo de cobro de impuestos, que controle sus 
gastos públicos, en especial ahorrar fondos en la administración local y
 en el sector de sanidad pública, y reforme las empresas estatales", 
dijo.
 "Grecia se encuentra hoy en un cruce de caminos en el 
que, si no avanza pronto con esas reformas fiscales, creemos que 
afrontará graves dificultades para alcanzar sus objetivos en los 
próximos tres años", advirtió el alto funcionario en una conferencia de 
la revista "The Economist".
 Thomsen instó al Gobierno 
socialista griego a "realizar mayores esfuerzos en los próximos meses, 
debido a que el programa se basa en el vaticinio de que la recesión 
terminará a fines de 2011, para empezar con una lenta recuperación".
 Enumeró las dificultades que afrontará Grecia el próximo año para cumplir con el programa de rescate de su economía.
 "Grecia tiene un doble problema: ha perdido gran parte de su 
competitividad y se encuentra en una difícil situación presupuestaria", 
dijo el alto empleado del FMI.
 Puntualizó que para que Grecia 
alcance la meta de reducir en dos años el déficit fiscal al 7%, al 
tiempo que economía se contrae a un ritmo entre 7 al 8%, "significa que 
las medidas para lograrlo deben de ser del 15% del PIB".
 Las 
medidas de recortes en los gastos públicos que han significado recortes 
de sueldos y pensiones en el sector público, y un aumento de impuestos, 
han causado un profundo descontento en la sociedad griega.
 Thomsen destacó que en lo que va de año, Grecia logró reducir su déficit
 fiscal en un 6% del PIB (al 9,5%) pero que al mismo tiempo, la economía
 se contrajo.
 Grecia tuvo que recurrir en mayo a un préstamo a
 tres años de 110.000 millones de euros de los países de la zona del 
euro y del FMI para no caer en el impago de su enorme deuda, que supone 
el 128 del PIB.