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Muere João Havelange, el controvertido ex máximo dirigente del fútbol mundial

Havelange le arrebató el control del fútbol mundial al bastión anglosajón bien establecido del norte de Europa y cumplió las promesas que hizo al mundo en desarrollo durante su campaña.

Por: M. Ahmed, J. Sugden y A. Tomlinson, Financial Times | Publicado: Miércoles 17 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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João Havelange, quien murió tres meses después de cumplir 100 años de edad, hizo mucho por determinar el destino del fútbol como el deporte más popular.

El brasileño, quien como presidente de la Fifa transformó el órgano rector del fútbol en un negocio de miles de millones de dólares, murió ayer en Río de Janeiro mientras la ciudad alberga los Juegos Olímpicos que él ayudó a asegurar.

En 2009, Havelange empezó la presentación de Río ante el Comité Olímpico Internacional (COI) en Copenhague invitando a los miembros a “acompañarme a celebrar mi cumpleaños 100” votando a favor de llevar los JJOO a Brasil.

Pero su legado se vio manchado hacia el final de su vida cuando surgieron detalles de su complicidad en un escándalo de sobornos por US$ 100 millones que involucró al órgano rector del fútbol mundial. A medida que crecía la presión sobre la gestión de la Fifa por parte de Sepp Blatter, su sucesor, las acusaciones de corrupción llegaron a Havelange. En 2013 renunció como presidente honorario de la Fifa luego de la publicación de un informe interno de ética que lo vinculó al escándalo.

El informe detalló cómo Havelange, y su ex yerno, el ex presidente de la asociación de fútbol brasileña, Ricardo Teixeira, habían aceptado sobornos de ISL, una agencia de marketing deportivo, describiendo su conducta como “moral y éticamente reprochable”. Los documentos sugieren que Havelange recibió al menos 1 millón de libras de ISL, que fue acusada de pagar sobornos a autoridades deportivas durante un período de ocho años hasta el 2000, antes de colapsar un año después.

Hijo de un industrial y vendedor de armas belga, Jean-Marie Faustin Godefroid Havelange nació el 8 de mayo de 1916 en Río de Janeiro donde, siendo joven, trabajó en el negocio familiar mientras estudiaba derecho. Decidiendo que no podría trabajar para otro jefe, se alejó y construyó su propio imperio de transportes y finanzas.

Havelange fue un atleta distinguido. Jugó fútbol en las ligas menores con Fluminense, pero fue en el nado y waterpolo que se hizo un nombre representando a Brasil en los JJOO de Berlín en 1936 y Helsinki en 1952.

Aprovechando sus logros en la piscina, a fines de los ‘50 volcó sus habilidades en los negocios y la administración en el deporte y en un par de años ascendió a la cima de la federación deportiva brasileña. Fue en el fútbol que vio el potencial de promover la imagen internacional de Brasil además de su propio perfil global en el deporte y los negocios.

Havelange aseguraba que Brasil era tanto un punto medio como un microcosmos del mundo: un líder de las naciones no alineadas con características del primer, segundo y tercer mundo. Él tomó su experiencia en reestructurar el fútbol doméstico, con una organización de liga y copa nacional y regional expandida apuntalada por apoyo comercial, como modelo para la expansión del juego mundial cuando sucedió al británico Sir Stanley Rous en la Fifa en 1974.

La elección de Havelange fue un punto de inflexión en la historia del deporte mundial. Ya era miembro del COI, así es que facilitó la llegada del español Juan Antonio Samaranch a la familia olímpica donde lo ayudó a asegurar la presidencia del COI. De forma similar, el italiano Primo Nebiolo escaló a lo más alto de la crecientemente influyente Federación Internacional Amateur de Atletismo, confirmando un nuevo dominio latino en el mundo deportivo.

En la Fifa, Havelange le arrebató el control del fútbol mundial al bastión anglosajón bien establecido del norte de Europa y cumplió las promesas que hizo al mundo en desarrollo durante su campaña.

Cuando asumió la Fifa, operando desde la modesta sede central en Zurich, funcionaba con un presupuesto equilibrado. Había menos de 100 miembros y la Fifa operaba sólo un torneo, la Copa del Mundo de 16 naciones. Un cuarto de siglo después, cuando Havelange renunció en París en 1998 en la víspera del Mundial de 32 naciones, la Fifa tenía un flujo garantizado de ingresos de más de US$ 4 mil millones hasta 2006.

La expansión, incluyendo la incorporación de una serie de campeonatos mundiales para los jóvenes y las mujeres, se alcanzó en asociación con media partners transnacionales e intereses corporativos globales como Coca-Cola y Adidas.

Havelange fue un operador político que comandó la Fifa con voluntad de hierro. Podía ser personalmente encantador, pero pocos dudaban de su absoluta autoridad. Como muchos otros líderes deportivos, tenía un fuerte compromiso retórico con la promoción de la paz mundial a través del deporte. En los ‘70 el fútbol necesitaba a un hombre como Havelange y se le debe dar crédito por cumplir sus promesas y hacer del fútbol un juego mundial. Pero los reportes que sacaron a la luz el hábito de las autoridades deportivas de aceptar regalos y compensaciones como parte de sus roles en grupos como el COI y la Fifa terminaron por poner el foco en un envejecido Havelange.

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