Por Isabel Ramos Jeldres
El gobierno español anunció ayer la nacionalización de Bankia, después de cambiar esta semana a la administración del banco, pero sigue sin convencer al mercado de que será capaz de sanear al sistema financiero sin la necesidad de un rescate internacional.
Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, solicitó al Estado que convierta los 4.460 millones de euros en acciones preferentes que tiene el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) en capital, con lo que el Estado pasa a controlar un 100% del grupo. De esta forma, el Estado ingresa de forma indirecta a la filial Bankia (con un 45% de las acciones, que antes pertenecían a BFA). Con ello, el Ministerio de Economía reconoce que el Estado “toma el control” del banco.
Asimismo, como parte del proceso, ayer asumió la presidencia de Bankia el ex segundo en el mando de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, en reemplazo de Rodrigo Rato, quien presentó su renuncia el lunes. Pero pese a sus esfuerzos de reestructuración, el gobierno de Mariano Rajoy sigue sin convencer al mercado, que espera una reforma a todo el sistema bancario, y no sólo a Bankia.
Las acciones de Bankia cayeron ayer 5,8% en la bolsa de Madrid, con lo que acumularon una baja superior a 13% en tres días. Con ello, arrastraron al resto de las entidades españolas y al índice bursátil Ibex, que descendió 2,77%, cerrando en 6.812,70 puntos, llegando a niveles que no se veían desde 2003.
El golpe a la capitalización podría extenderse, ya que el banco estadounidense JPMorgan rebajó a la mitad su valoración de Bankia, a 1,7 euros, lo que supone una pérdida de 25% en las acciones respecto del cierre del martes, debido a que “los riesgos son demasiado elevados”.
“La señal real será cuando presenten una forma creíble sobre cómo sanearán los balances de todo el sistema bancario”, dijo a Bloomberg el socio de Roland Berger Strategy Consultants, Ricardo Wehrhahn, en Madrid.
Además de Bankia, BFA tiene acciones en otras empresas, como Iberdrola, Mapfre, NH Hoteles e Indra, por lo que el Estado también pasará a tener participación en esas firmas.
Mayor presión del gobierno
Ayer surgieron además nuevas reacciones al plan del gobierno de aumentar las provisiones de la banca a cerca de 30%, desde el 7% actual, lo que sería aprobado por el gabinete español el viernes.
Según expertos, la medida (que suma cerca de 30 mil millones de euros a las actuales exigencias del gobierno, de 54 mil millones de euros), pondría mayor presión sobre los bancos en problemas.
De acuerdo con un estudio de los analistas Antonio Ramírez y Marta Sánchez, de Keefe, Bruyette and Woods, el aumento del nivel de provisiones arrastraría a Bankia a registrar una pérdida de 3.700 millones de euros este año, desde la estimación previa de 516 millones de euros.
Otras instituciones, como Popular y CaixaBank registrarían pérdidas por 1.930 millones de euros y 1.440 millones de euros, respectivamente.