Por María Ignacia Alvear C.
Una disputa entre dos altos ejecutivos del Banco do Brasil significó que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, haya decidido despedir a ambos, una intervención del gobierno que se está haciendo común en varias grandes firmas del país.
Ricardo Oliveira, presidente senior de relaciones gubernamentales de la entidad financiera estatal, y Ricardo Flores, quien preside Previ, el fondo de pensión para los empleados del banco, fueron retenidos por algunas semanas antes de dar término a la lucha de poder de ejecutivos para facilitar los planes del gobierno que apuntan a rebajar los costos de endeudamiento.
Precisamente, la pelea se da en el marco de la iniciativa impulsada por la presidenta Rousseff para que los bancos del sector privado estimulen los préstamos y rebajen la tasas para ayudar a reavivar la ralentizada economía. Banco do Brasil, que es el mayor del país por activos y controla cerca del 33% de préstamos agrícolas de la nación, ha encabezado este plan.
Cercanos al gobierno
Oliveira sería reemplazado por César Borges, un ex senador y gobernador estatal de Bahía, ya que se especula que Rousseff lo habría sondeado como posibilidad para el puesto.
Fuentes consultadas por Reuters aseguran que el director ejecutivo del Banco do Brasil, Aldemir Bendine (protegido del ministro de Finanzas, Guido Mantega), y Flores han estado involucrados en una pelea por el control del banco por al menos desde hace un año.
Bendine llegó al cargo de CEO en abril de 2009, y reemplazó a su antecesor que se opuso a una mayor intervención del gobierno en la entidad.
Flores, como presidente ejecutivo de Previ, es además presidente del directorio de Vale, el mayor productor de mineral de hierro del mundo.
Y así como Banco do Brasil, la minera tampoco se ha salvado de la intervención del gobierno, ya que Rousseff provocó el año pasado la salida del director ejecutivo, Roger Agnelli, después de criticar a la firma por no generar puestos de trabajo.
Otra empresa emblemática que ha coexistido con la mano gubernamental es la semi estatal Petrobras, en la que el gobierno ha impuesto límites a los precios de combustible doméstico, para frenar la inflación, pero la medida ha llevado a pérdidas en la unidad de refinerías de la mayor compañía de Brasil por valor de mercado.