El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, afirmó hoy en la capital mexicana que esa empresa cuenta ya con los recursos necesarios para adquirir el 5% de participación adicional que busca en la petrolera española Repsol, por un monto total de unos US$ 1.700 millones.
En una conferencia de prensa en la capital mexicana, el ejecutivo de Pemex manifestó que la compañía estatal financiará 70% de la operación con deuda -que colocó hoy mismo en los mercados- y 30% con recursos propios, lo que elevará su participación en Repsol de 4,81% a 9,81%.
Además, el acuerdo de Pemex y la constructora española Sacyr, por medio del cual ambas unirán sus votos en el seno del Consejo de Administración de Repsol, "es en el mejor interés de Repsol y de nosotros como accionistas", afirmó el ejecutivo.
Suárez subrayó que Pemex y Sacyr, que juntas detentarán 29,8% de Repsol -en el límite de 30% que las obligaría a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA)-, quieren "separar el cargo de presidente del consejo de la posición de director ejecutivo" en la petrolera española.
Asimismo, el director aseguró que las dos empresas no han "discutido ningún cambio en la política de dividendos" de Repsol, y que Pemex no tiene "ningún interés" de aumentar su participación accionaria en la petrolera española en el futuro, más allá de 9,81%.
Detalles de la adquisición
La participación de 4,81% en Repsol no le daba a Pemex "mucha influencia ni visibilidad en la toma de decisiones", y el acuerdo con Sacyr le brinda "mucha más posibilidad de participar en las decisiones estratégicas y de gobierno corporativo", explicó Suarez.
En este sentido, manifestó que Pemex podrá nombrar un miembro más, adicional al que ya tiene, en el Consejo de la petrolera española.
"Esta operación es respetuosa de todas las leyes y reglamentos que le atañen", y tanto Pemex como Sacyr buscan "estar alineados con todos los accionistas", ya que no se trata de un conflicto "de un grupo contra los otros", apuntó el representante de la petrolera.
La dirección de Repsol, en voz de su presidente, Antonio Brufau, ha denominado la operación como un "asalto" a la petrolera por parte de los dos socios, y algunos grupos de accionistas minoritarios también han expresado su oposición a la alianza entre la constructora española y la paraestatal mexicana.