Reagan, ¿un fantasma o un modelo para Obama?
El fallecido mandatario, con quien comparte dificultades parecidas y que inspiró su discurso de esperanza, logró ser reelegido en medio de un panorama adverso, y Obama espera tener la misma suerte en 2012.
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Por Marco Fajardo
El presidente de EEUU, Barack Obama, está en problemas. Cuando sólo queda un año para las elecciones presidenciales, donde pretende ser reelegido, la economía sigue sin despegar y el desempleo se mantiene estático en 9%.
Los republicanos tienen razones para ser optimistas. Vienen de derrotar a los demócratas en las últimas elecciones legislativas de hace un año, donde tomaron el control de la Cámara de Representantes, un reciente sondeo del diario New York Yimes reveló que un 74% de la opinión pública cree que el país va por mal camino, y además la historia señala que ningún mandatario ha sido reelegido con tal cantidad de cesantes.
En medio de este sombrío panorama y más allá de la mitad de su mandato, Obama mira hacia atrás, específicamente hacia el fallecido presidente Ronald Reagan, para aprender cómo pudo sobrellevar él sus momentos difíciles. Ambos comparten un contexto histórico parecido, características personales similares y estaban en un momento difícil al término de su primer mandato. Reagan pudo ganar la reelección. ¿Podrá Obama?
Similitudes y diferencias
Asumieron el gobierno en medio de una crisis económica, debieron enfrentar conflictos armados externos y eran oradores carismáticos. Reagan, en 1980, asumió con una tasa de desempleo de 7,2% y una inflación de dos dígitos, enfrentaba la Guerra Fría y la crisis de rehenes de Irán, era un gran orador y apeló a la esperanza. Obama, elegido en 2008, ha debido encarar la crisis económica y las guerras de Irak y Afganistán.
Ambos además aumentaron el gasto público, aunque Reagan lo hizo para reforzar al sector militar y Obama, por su parte, en su afán de levantar una alicaída economía.
En cuanto a los impuestos, usualmente se cree que Reagan bajó los impuestos y Obama se ha dedicado a subirlos, pero esto es discutible. Es cierto que Reagan redujo numerosos tributos, pero también los subió 11 veces durante sus dos mandatos, según manifestaron historiadores en un reciente artículo de la agencia Bloomberg. Obama, por su parte, anunció su intención de revertir los alivios impositivos a los más ricos otorgados por su antecesor, George W. Bush, por lo cual ha chocado con la feroz resistencia de los republicanos en el Congreso, pero viene de firmar un sorpresivo recorte tributario por US$ 858.000 millones.
A un año de la elección, una diferencia sustancial ha sido el crecimiento. En 1983, Reagan terminó con un 4,5%. Obama, en los primeros tres trimestres de 2011, apenas puede mostrar una expansión promedio de 1,4%.
Inspiración
A pesar de que en sus inicios se le opuso, lo sorprendente es que Reagan ha terminado por convertirse en una inspiración para el actual mandatario, quien lo considera un “punto de referencia”, según la revista Time. Leyó su biografía e incluso escribió un homenaje en el diario “USA Today”.
Obama se ha visto seducido por su discurso esperanzador, como reconoce en su libro “La audacia de la esperanza”. Allí lo recuerda al decir que “no somos víctimas de fuerzas impersonales, sino que podemos forjar nuestros destinos individuales y colectivos”. “Creo que Ronald Reagan cambió la trayectoria de EEUU en una forma que no lo hizo Richard Nixon ni tampoco Bill Clinton”, escribió en 2008. Probablemente es algo que espera que la historia luego escriba sobre él.