El Gobierno rumano decidió hoy subir diversos impuestos,
como los gravámenes sobre los juegos de azar, y reducir el número de conceptos
deducibles procedentes de la propiedad intelectual y del arte, con el objetivo
de cumplir las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La medida incluye la introducción de nuevas tasas sobre las subvenciones que
dan los empleadores para comidas y vacaciones a los trabajadores y más
impuestos para los propietarios de varias viviendas sin alquilar.
También se quiere recaudar más dinero para lograr colocar el déficit público en
el 6,8%, un porcentaje impuesto como condición por el FMI para 2010 para que
Budapest pueda acceder a préstamos de este organismo.
Rumania, que atraviesa una grave crisis económica, debe cumplir con la línea de
austeridad económica acordada el año pasado con el FMI para poder obtener un crédito
por un total de US$ 24.446 millones.
De no aprobar estas nuevas medidas, Rumania no recibirá los más de US$ 9.778
millones que le quedan por ingresar hasta la primavera que viene, una cantidad
crucial para que el país más pobre de la Unión Europea, junto con Bulgaria,
pueda evitar la bancarrota.